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RAMÓN AVELLO
Viernes, 29 de enero 2010, 04:17
En el 2008, Inva Mula canceló en la temporada de ópera de Oviedo su actuación en 'La Bohème'. La sustituyó Martina Zadro. El miércoles, acompañada por su compatriota, el compositor y pianista Genc Tukiçi escuchamos, al fin, a la soprano albanesa en el Campoamor. ¡Ojala las no infrecuentes cancelaciones artísticas con la temporada operística en Asturias tengan un final tan feliz! Inva Mula pagó con creces su deuda con la afición asturiana. Probablemente nos hayamos perdido, entonces, una gran Mimí, pero, en contrapartida, hemos ganado, ahora, dos horas largas de un bellísimo y emotivo recital. Pocas veces la técnica y las cualidades vocales de una artista están tan unidas a la emoción como en este recital. Inva Mula es una soprano lírica de primer orden. Limpia línea de canto, con una voz clara, bien timbrada, cálida, brillante y equilibrada. Homogeneidad a lo largo de su generosa tesitura; maestría en los matices, con una 'mezza voce' con la que adelgaza y ensancha el sonido de una nota final de manera prodigiosa; fraseo fluido, y, sobre todo una exquisita sensibilidad en la forma, tan suya, de 'decir el canto'. En el programa, la primera parte estuvo enfocada hacia el intimismo. Un guiño a Mimí -era parte de su deuda - con esa peculiar sutileza expansiva con la que cantó dos de las mejores arias de la Bohème: 'Mi chiamano Mimí', y l'Donde lieta uzi al tuo grido d'amore'. El final de este aria, sobre las palabras 'Addio sensa rancor' difuminadas en su voz, fue el momento más conmovedor del recital. Antes de Puccini, Inva Mula interpretó a Liszt con sensibilidad y brillantez. Desde los lieders, algunos muy conocidos, como el 'Ensueño de amor', a los 'Tres sonetos de Petrarca', obra que paso del lieder al piano, integrándose en los 'Años de Peregrinaje'. El pianista Tukiçi quedó corto en una composición en la que el piano es coprotagonista, lo que proyectó en un plano de exclusividad, los variados registros líricos -desde la elegía amorosa a la consolación mística- de la voz. Albania, a través de las melodías folklóricas de Gen Turiçi, y España, en las canciones de Fernando Obradors, se encontraron frente a frente en la animada segunda parte del recital. Cada grupo de canciones estuvo precedida de variaciones o fantasías albano hispanas de Turiçi. En el caso de España, el motivo elegido por el pianista compositor fue el de las 'Folias de España', un tema que, junto a la Violetera de Padilla o la 'Macarena' constituye el más universal. La interpretación de las canciones de Obradors fueron deliciosas -indudablemente, Mula escuchó y estudió a Victoria de los Ángeles-, y expresivas. Fuera de programa, una pequeña orgía de propinas, entre otras obras con vuelta a Obradors en su canción 'Del cabello más sutil' , y una encantadora versión de 'Sous le ciel de Paris'. Edith Piaf se hubiese emocionado con ella. Nosotros también.
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