Bueño, "el lugar donde siempre hace sol", Pueblo Ejemplar 2012
Como es tradicional está previsto que el pueblo sea visitado por los Príncipes de Asturias en octubre
ALEJANDRO CARANTOÑA
Viernes, 14 de septiembre 2012, 22:52
El jurado reunido hoy en Oviedo ha concedido el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2012 a la localidad de Bueño, situada en el concejo de Ribera de Arriba.
Bueño ha sido elegido de entre las veintinueve candidaturas de este año para este galardón, una iniciativa de la Fundación Príncipe de Asturias que llega a su vigésimo tercera edición.
Como es tradicional está previsto que el pueblo sea visitado por los Príncipes de Asturias el mes próximo al día siguiente del acto de entrega de los premios que llevan el nombre del heredero de la corona española.
El jurado explica en su acta que ha acordado conceder el premio a Bueño porque "ha sabido sobreponer su condición rural y su cultura tradicional a la presión de un entorno industrial y urbano gracias al esfuerzo compartido, la perseverancia y la iniciativa de todos sus vecinos".
Un pueblo "en el que siempre hace sol"
La pequeña localidad, a apenas 7 kilómetros de Oviedo, recoge así el testigo de San Tirso de Abres por su labor cultural. Belarmino Fernández, presidente de la Asociación Cultural de Bueño, dice que en el pueblo «siempre hace sol. Porque está orientado al sur», desvela entusiasmado.
Bueño tiene 80 vecinos, «volcados» con la candidatura, y un solo bar, El Coloráu. A lo lejos se divisa la central de Soto de Ribera, a medio camino de Oviedo, que está a apenas 7 kilómetros; y, por todas partes, hórreos.
Fernández, ufano por el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2012, explica entre celebraciones que Bueño «cuenta con 43 hórreos en perfecto estado, y de hecho ya tenemos funcionando un Centro de Interpretación del Hórreo», elementos que, cree, han sido «cruciales» para que la candidatura que llevan defendiendo 4 años llegase a buen puerto.
Junto a esta labor, subraya la «cultural»: Bueño tiene un festival internacional de jazz que se celebra en julio, sin ir más lejos.
Pero este mediodía no era momento de justificaciones: era momento de gaita, de cajas de sidra a la sombra y de vecinos de celebración, de llamadas (San Tirso de Abres ya les ha felicitado) y de organización para concitar a todos los habitantes esta tarde y festejar el premio como se merece.
A esta hora, Bueño se sienta a la mesa a degustar, quizás, los arbeyos y fresas que le eran consustanciales mientras vivió de la agroganadería. En un rato, toca empezar a ser ejemplares.
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