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Las enfermedades inflamatorias del intestino se disparan en niños y jóvenes
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Las enfermedades inflamatorias del intestino se disparan en niños y jóvenes

Un estudio retrospectivo con 2.100 pacientes de todo el país, y en el que participó Asturias, revela que desde 1996 a 2009 los casos se triplicaron

LAURA FONSECA

Martes, 21 de mayo 2013, 17:34

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gijón. Las enfermedades inflamatorias intestinales se han disparado en los países más desarrollados. Especialmente en niños y jóvenes. Los casos de colitis ulcerosa y de enfermedad de Crohn, junto con una tercera modalidad menos conocida, la colitis no clasificada, se han triplicado en los últimos quince años. Así lo revela el estudio SPIRIT (Spanish Pediatric IBD Retrospective study of Incidence Trends), en cuya elaboración participaron 78 centros sanitarios españoles, entre los que figura el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El trabajo, que en el caso del Principado lleva la firma del gastroenterólogo pediátrico Santiago Jiménez, estudió a 2.107 pacientes menores de 18 años de toda España, los cuales habían sido atendidos entre 1996 y 2009 a causa de estas patologías. Los especialistas llegaron a la conclusión de que las llamadas enfermedades inflamatorias intestinales se habían triplicado entre los jóvenes, ya que mientras en 1996 se solía diagnosticar un nuevo caso por cada cien mil habitantes en 2009 la cifra se elevó a tres casos por cien mil.

Los resultados de esta investigación, que forma parte de un macroestudio a nivel europeo, fueron presentados a mediados de febrero pasado en el encuentro de la alianza estratégica en salud 'Join the Fight Against IBD' que tuvo lugar en Viena (Austria). «La incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal aumentó en España un 300% en menores de 18 años desde 1996 a 2009. La media de edad en el momento del diagnóstico fue de 12,3 años», resumió durante su presentación el presidente del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), el doctor Fernando Gomollón. El aumento detectado entre los niños y adolescentes de España también se observó en otros países del entorno, como Escocia e Irlanda.

Parásitos y bacterias

Desde Asturias, Sabino Riestra Menéndez, especialista de la Unidad de Enfermedades Inflamatorias Intestinales del HUCA que se creó en 2010, explicó que en el Principado existen unas 6.000 personas que sufren este tipo de dolencias, en ocasiones altamente incapacitantes. Se calcula que 3.500 padecen colitis ulcerosa y otros 2.500, enfermedad de Crohn. Cada año se incorporan al colectivo unas 250 personas, de las que un 10% son jóvenes y otro 10%, mayores de 65 años.

La colitis ulcerosa produce una inflamación continua del intestino grueso (colon) mientras que la enfermedad de Crohn puede inflamar cualquier parte del tubo digestivo (de la boca al ano) y lo hace de forma segmentaria. Ambos procesos cursan con úlceras en los segmentos afectados. La localización más frecuente en la colitis ulcerosa es el recto y en la enfermedad de Crohn el ileon terminal (porción más distal del intestino delgado).

Se trata de enfermedades cuyo origen se desconoce. Los médicos las encuadran dentro del grupo de dolencias de base inmunológica, que son aquellas en las que el sistema inmune reacciona de forma desordenada contra el propio organismo, en respuesta a un posible agente infeccioso. Suelen producir diarreas constantes, expulsión de sangre por el recto, pérdida de peso, malestar general y dolor abdominal. En algunos casos puede haber afectación de otros órganos como las articulaciones, ojos, piel e hígado. Los enfermos suelen presentar fases de actividad (brotes) y de remisión (no síntomas)

«Todo hace pensar que existen múltiples factores en el origen de estas enfermedades. Desde causas ambientales hasta genéticas», precisó Sabino Riestra Menéndez. El aumento de casos no responde a una única causa. «Hay una serie de factores ambientales, como la mejora en las condiciones higiénico-sanitarias, pero también el tabaco, infecciones gastrointestinales; no hay una sola causa», abundó el especialista asturiano. En los últimos años, este aumento de la enfermedad inflamatoria intestinal, sobre todo en países más desarrollados va de forma paralela a otros trastornos autoinmunes. Riestra Menéndez apunta a la flora intestinal y a los parásitos. Recuerda en este sentido que los parásitos intestinales, cada vez menos presentes gracias a la mejora en las condiciones higiénicas, «son los que contribuyen a madurar el sistema inmunológico intestinal disminuyendo el riesgo de enfermedades inflamatorias intestinales». Así que, lo que inicialmente debería considerarse una noticia positiva, como es la disminución de parásitos, está provocando en realidad un debilitamiento de la coraza inmunitaria que protege al intestino.

Tanto la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn son dolencias crónicas para las que, de momento, no existe curación, aunque sí tratamiento. «La importancia sanitaria de esta patología depende del importante número de casos, de su carácter crónico, de su comportamiento ocasionalmente grave, y del elevado coste sanitario que genera», aseguró dicho facultativo. Asturias dispone de dos unidades monográficas para el tratamiento específico de la enfermedad inflamatoria intestinal. Una está en el HUCA y la otra en Cabueñes, donde su responsable, la doctora Cristina Saro tiene la autoría de estudios epidemiológicos referentes en todo el país.

Impacto emocional

La enfermedad inflamatoria intestinal impacta en todos los aspectos del paciente. Sobre todo, en el emocional. Hay que recordar que buena parte de los afectados son jóvenes (la mayor prevalencia se da entre los 15 y los 24 años). Una encuesta realizada entre los propios afectados revela que el 16% de los pacientes con Crohn están incapacitados para trabajar. De media, suelen perder 3 horas y 24 minutos en su trabajo a la semana a causa de la enfermedad. Además, 3 de cada 4 encuestados aseguran haberse sentido incomprendidos en alguna ocasión y, más de la mitad de los pacientes han tenido que aplazar o anular una cita o compromiso por la enfermedad.

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