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Quitarse la ropa por una buena causa
SOCIEDAD

Quitarse la ropa por una buena causa

Año tras año, siguen surgiendo colectivos que se animan a quitarse la ropa por alguna iniciativa solidaria

CARLOS BENITO

Viernes, 13 de diciembre 2013, 01:36

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Llevamos ya unos cuantos años hablando sobre la moda de desnudarse para confeccionar calendarios, en una festiva combinación de buenas causas y pieles al sol. Pero, como la costumbre parece haber arraigado y no da signos de decaer, a lo mejor ha llegado el momento de ir dejando eso un poco desdeñoso de la moda y hablar ya de tradición: en diciembre llegan las luces navideñas, los mazapanes y polvorones, el anuncio de la lotería, las peligrosas cenas de trabajo y sí, también los calendarios de gente en pelotas, que al fin y al cabo son otra manera de celebrar que seguimos vivos y dando guerra un año más.

«En nuestro caso, el día a día de la asociación incluye mucha angustia y sufrimiento. Estamos siempre luchando por rescatar a un perro, buscarle hogar a otro... Así que queríamos algo que fuese a la vez bonito y reivindicativo, que resultase divertido y que nos mostrase como el grupo unido que somos», explica Eva Bengoetxea, una vizcaína afincada en Extremadura hace dos décadas que forma parte de la protectora de animales Adana. Su calendario, en el que las voluntarias posan junto a algunos de los animales acogidos, ha agotado ya la primera tirada de 250 ejemplares se pasaron de modestas en sus expectativas y va a por la segunda. A Eva le ha tocado enero: la idea era aparecer junto a los doce perros que tiene en su casa, en el campo, pero los animales se alteraron ante el espectáculo inusual de los focos y las cámaras, y eso que los habían sobornado antes con un montón de galletas. Al final, solo la acompaña en la imagen Lolo, un perrito «muy especial» que ahora ya ha sido adoptado y vive en Montpellier.

¿Y en Adana no hay chicos, o qué?

¡Claro que hay! Iban a salir varios compañeros, pero al final no se animó ninguno. Bueno, está Héctor, el hijo de nuestra secretaria, que tenía un mes cuando se hizo la foto. A ver si en el próximo...

Todos los años hay en España unos cuantos colectivos que, como estas mujeres de Adana, sopesan dudas e ilusiones y se animan a poner en marcha su calendario. Después, casi siempre acaban sorprendiéndose por la reacción entusiasta que obtienen esas fotos de sus cuerpos desnudos, o semidesnudos, o al menos con atavíos que no se les ocurriría lucir a estas alturas del invierno. Entre los debutantes de 2014 están, por ejemplo, los bomberos de Mijas (Málaga), que recaudan fondos para los enfermos de alzhéimer; las policías locales de Rivas-Vaciamadrid (Madrid), que donarán los beneficios a tres asociaciones que asisten a niños con autismo, y los padres de la escuela Cau de la Guineu de Corbera de Llobregat (Barcelona), que buscan mostrar al mundo las carencias del colegio al que asisten sus hijos, sumido en obras perpetuas y con varias clases desterradas en barracones: con los cuerpos desnudos, a veces cubiertos de pintura, se han retratado en lo que debería ser la biblioteca, la sala de música o las pistas de deporte.

Porque, en ocasiones, con la propia fotografía ya se cumple un objetivo. El caso más obvio es el del Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana (Cermi-CV), que ha publicado un «calendario erótico» protagonizado por personas con diversas discapacidades, físicas o intelectuales. Con él pretenden conseguir dinero para sufragar algunas de sus actividades esas mesas redondas para las que el transporte, con sillas de ruedas de por medio, sale tan caro, pero su intención no es solo financiera: «La idea es presentar de otra manera a la mujer con discapacidad: se nos suele ver como algo asexuado, y queríamos mostrar que podemos ser sensuales, alegres, divertidas...», explica Gema Mas, coordinadora de la Comisión de Mujer de Cermi-CV y chica de diciembre.

¿Les costó mucho decidirse?

A mí me pareció muy buena idea desde el principio, porque soy un poquito descocada. Todas quisieron participar, aunque también es verdad que no dijimos desde el principio que iba a tratarse de desnudos, ja, ja... El caso es que todo el mundo se animó. Hasta tenemos tres hombres, para que no nos llamen discriminatorias.

En su foto, de hecho, aparece con un chico. ¿Le dio corte?

Yo no soy vergonzosa, pero además jugaba con la ventaja de que es amigo mío desde hace muchos años y le quiero mucho. En nuestra foto, estamos delante de una chimenea: yo voy en silla de ruedas, porque tengo parálisis cerebral, y él tiene tetraplejia por un accidente. Estamos allí, riéndonos, en una actitud natural que transmite calidez.

«He visto algún comentario que decía que se aprovechan de nosotros añade Gema y quiero recalcar que la idea fue nuestra. Igual que no se duda de que se puedan desnudar los policías o los bomberos, ¿por qué no nosotros? Estamos en el siglo XXI y la gente todavía identifica la discapacidad con no ser una persona, que es justamente lo que se ve ahí: personas, con sus momentos buenos y malos, como todo el mundo, y con sus limitaciones, como todo el mundo». ¿Y las ventas, cómo van? «Podrían ir mejor, pero no están mal. ¡Lo vendemos a cinco euros de nada! Te los gastas en un whisky, que te va a sentar mucho peor que ver estas fotos».

La creciente popularidad de este tipo de calendarios les ha dado una dimensión comercial que, en ocasiones, puede resultar éticamente dudosa. Uno de los casos más cuestionados es el de Ryanair, que desde 2008 pone en venta almanaques con fotos de azafatas de la compañía ligeras de ropa. Las ganancias se destinan siempre a alguna ONG: las de esta edición se entregarán al Teenage Cancer Trust, un fondo de apoyo a los jóvenes británicos enfermos de cáncer, para el que esperan conseguir más de 100.000 euros. Pero, lógicamente, la aerolínea se beneficia promocionalmente de esa reproducción viral y global de los cuerpos de sus empleadas, y algunos aciertan a distinguir ahí una frontera que no se debería traspasar: la asociación de consumidores Adecua presentó una denuncia en 2012 y, esta misma semana, una jueza de Málaga ha declarado ilícita esta forma de publicidad. A juicio de la magistrada Amanda Cohen, la cuestión «no es si es para tanto o para tan poco», sino simplemente que existe una «absoluta desconexión» entre la imagen empleada y el producto promocionado, con azafatas en «posturas de clara invitación sexual» y «cosificación» de la mujer.

En perfecta armonía

La compañía recurrió ayer la sentencia, que, según su interpretación, no afecta en nada a su remesa de calendarios de este año. Esa desconexión que reprocha la jueza Cohen se aprecia de manera aún más grosera en otros productos publicitarios, como el calendario anual de la firma polaca Lindner, que yuxtapone modelos desnudas y el producto estrella de su catálogo: cajas de muerto. «Existe perfecta armonía entre los ataúdes Lindner y la madera natural, el mar azul, las flores rojas, los campos verdes y la belleza del cuerpo femenino», argumenta la empresa, además de defender que sus productos son «mobiliario» y que da pena que solo se puedan contemplar en el ratito del funeral. Cuánto mejor les vendría como eslogan esa perla del refranero español: lo que se han de comer los gusanos, que lo disfruten los humanos. O los cristianos, que de las dos maneras se dice.

En países como Gran Bretaña, los calendarios de colectivos con disfraz de Adán y Eva se han vuelto ya incontables: equipos universitarios especialmente de rugby, un deporte que parece particularmente propenso al despelote jovial, asociaciones de granjeros, empleados de supermercado, esposas de militares y hasta el hermano pequeño de Mick Jagger se han retratado desnudos este año, hasta el punto de que uno empieza ya a preguntarse si hay casas para tanto calendario. En Italia, mientras tanto, arrasa el almanaque de los curas más guapos del Vaticano. En las fotos se les ve vestidos, muy vestidos, con el alzacuellos impecable y bien ceñido, pero a lo mejor venderían todavía más si se sumasen a la nueva tradición y se arremangasen un poquillo la sotana.

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