H. V. M., el trabajador de la cooperativa de aguas amenazado, a la entrada de los juzgados de Pola de Siero. A. F. G.

A juicio por amenazar a un trabajador de aguas en Siero: «Me quería pegar dos tiros»

El acusado es el mismo vecino de Feleches que ya fue denunciando por hacer la vida imposible a una mujer de 80 que vive a su lado

Jueves, 25 de julio 2024, 18:25

Prefiere no dar su nombre pero sí que accede a contar su historia a EL COMERCIO. Se trata de un relato en el que este vecino de Siero —H. V. M.—, empleado de la cooperativa que suministra el agua a las parroquias de Feleches, Collado y Aramil, fue a realizar unas reparaciones a una vivienda del núcleo de La Mata. Eso fue hace un año. «Pues el vecino de la casa colindante, a pesar de contar con todos los permisos pertinentes, nos acosó sacándonos fotos y vídeos. Llamó a la Policía Local y los agentes nos permitieron seguir con nuestro trabajo». Siempre según la versión de este trabajador, poco tiempo después, aparecieron rotos los contadores de la vecina y tapó una arqueta en un camino público con hormigón. Pero lo peor de todo fue lo que vino después: «Me amenazó, me dijo que me iba a pegar dos tiros si me veía otra vez por ahí. Y creo que es capaz de hacerlo».

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Fue lo que declaró ayer en el juicio celebrado en Pola de Siero, ante el propio acusado, J. A. R. C. Pero, ¿por qué actuó de esa manera el vecino de La Mata? El denunciante lo tiene claro: «Porque fuimos a hacer reparaciones a la casa de Carmen -Fal-». ¿Y quién es? Es una señora de 80 años quien lleva sufriendo el acoso de este mismo hombre desde hace 18 años, según afirmó ella misma. Su historia tuvo repercusión en toda España tras ser publicada en este diario el pasado febrero. Todo surgió cuando al lado de la parcela de la casa familiar se instaló ese vecino. «Nos hace la vida imposible, con innumerables insultos y amenazas; nos tira estiércol desde su parcela y ácido. Lo tenemos todo grabado. Pero aquí nadie hace nada».

Este jueves se sentó ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Pola de Siero por esa denuncia de amenazas. El trabajador de la cooperativa de aguas, desde ese capítulo, dice no dormir bien y que acude intranquilo al trabajo. «Me dijo que, si hacía falta, me iba a buscar a mi casa. Que él iría a la cárcel, pero que yo estaría bajo tierra». ¿Qué es lo que espera del juicio? «No pido dinero ni compensación alguna; solo quiero vivir y trabajar con tranquilidad», respondió.

«Vivo un infierno»

Los hechos ocurrieron, concretamente, el 25 de julio de 2023. Según el relato de los hechos del trabajador, a las once de la mañana se trasladó a La Mata para hablar con el denunciado ya que, días antes, había tapado con hormigón a la arqueta en un camino público y donde se encuentran las llaves de corte de la vivienda de Carmen Fal. También había provocado, en dos ocasiones, daños en los contadores del agua, material propiedad de la cooperativa. «Le pregunté qué problema tenía con el material de la junta y empezó a gritarme. Que esos terrenos eran suyos y que iba a destrozar todo lo que se instalara allí. Que si me veía otra vez por ahí, que me pegaba dos tiros y a Valentín, también».

¿Quién es Valentín? Es el hijo de Carmen, quien ayer también acudió al juzgado en calidad de testigo. Él se encontraba esa mañana en la vivienda de su madre, y relató que comenzó a escuchar las voces y presenció la escena en su totalidad. Él también sigue a la espera de que se señale juicio por el «infierno» en el que vive Carmen Fal por culpa del vecino. «Y sí que es capaz de cumplir con sus amenazas. Ya lo sabemos en mi familia», afirmó Valentín Ornia. El hermano de Carmen recibió una paliza que le dejó graves secuelas. «Sufro humillaciones y vejaciones casi a diario. ¿Insultos? Madre mía, no los quiero ni nombrar. Fue a por mi hermano y ahora quiere ir a por mí, y no va a parar hasta que acabe conmigo», relataba entonces la mujer al rememorar el capítulo.

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El trabajador de la junta de aguas presentó la denuncia ante la Guardia Civil días después, el 3 de agosto. «No lo iba a hacer por miedo a las represalias de este señor, que es también usuario de la cooperativa y tengo que ir a leer el contador cada tres meses. Pero los agentes me lo recomendaron. Me aseguraron que no tiene permiso de armas, eso no quiere decir que no la posea y cumpla con su amenaza».

Una guerra de denuncias y Carmen Fal quien lo sufre

El dolor del hijo al ver así a su madre se hace palpable. «Siempre sale indemne, no sabemos qué hacer. Esto es un calvario», decía en febrero Valentín Ornia, hijo de Carmen Fal y que este jueves acudió como testigo a un juicio. El acusado es el vecino que asegura les hace la vida imposible. Admite que ellos han interpuesto numerosas denuncias, pero que también han sido denunciados por él. «Pero siempre se han archivado porque se trata de demandas infundadas, falsas y sin sentido».

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