Un vecino de Noreña se encuentra con un ladrón en su casa

Todo ocurrió entre la noche del pasado miércoles y la madrugada del jueves. Un vecino de la calle Doctor Cuesta Olay –en pleno centro urbano de la villa condal– se percató de que habían asaltado su casa y había sido víctima de un robo. ¿El botín? Sobre todo, herramientas, utensilios que tienen buena salida en el mercado de segunda mano. De este modo, sobre las nueve de la noche del miércoles 7, acudió al cuartel de la Guardia Civil, ubicado a pocos metros de la vivienda, para denunciar la sustracción de esos elementos. ¿La sorpresa? Que cuando regresó a su casa se dio de bruces con el ladrón que, de nuevo, había vuelto a asaltar su morada para sustraer más elementos. Eso ya fue de madrugada.

Una vez facilitada la descripción a la Guardia Civil, los agentes no tardaron en dar con el sospechoso, un toxicómano de la localidad ya conocido por los agentes. En el momento de la detención, sobre las 14.30 horas del jueves, el hombre portaba dos mochilas con todas las herramientas y elementos que logró sustraer en las dos ocasiones que se introdujo en la vivienda. Además, también tenía encima la cartera de la víctima con toda la documentación. Pasó ayer a disposición judicial, en Pola de Siero, acusado de un delito de robo con fuerza. Se decretó su ingreso en prisión.

Y es que el detenido, tras encontrarse y verse sorprendido por su víctima, forcejeó con él causándole heridas de carácter leve de las que fue atendido por los servicios sanitarios.

El vecino por su parte, lo que intentó fue detener a la persona que había accedido a su casa para robar todo lo que podía. Al verse casi acorralado, recurrió a la fuerza para poder escapar.

Pero no marchó muy lejos, ya que fue encontrado, casi de manera inmediata por la Guardia Civil, en las inmediaciones de la casa que asaltó.

El presunto ladrón es un apersona conocida también por los vecinos de la villa condal, que reclaman «más mano dura» para este tipo de delincuentes; «sí, son detenidos, pero enseguida vuelven a las calles y, como no tienen otra cosa que hacer y necesitan dinero para consumir, van a lo fácil, al robo. Cualquier día hay una desgracia mayor», apuntaron ayer vecinos de la villa.

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