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La gijonesa Natalia Zárate, en un parque británico.
«Mi trabajo es fascinante»

«Mi trabajo es fascinante»

Natalia Zárate ejerce la Medicina en Londres. «Uno de los principales problemas de España es su sistema educativo», defiende esta gijonesa

Azahara Villacorta

Sábado, 2 de mayo 2015, 09:38

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«Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida». Eso dijo Confucio y eso le ocurre a la gijonesa Natalia Zárate, que forma parte de ese selecto club a los que lo que hacen para ganarse las lentejas les encanta. «Tengo un trabajo fascinante» es casi lo primero que dice esta gijonesa de 1971 que estudió en el colegio de La Asunción, de donde guarda «unos recuerdos maravillosos» y que, después, decidió matricularse en Medicina más porque le gustaba la Biología y la Fisiología que por una vocación intensa.

«De hecho, creo que nos pasa a muchos: que escogemos una carrera sin saber muy bien el porqué», reflexiona a toro pasado. Y eso, piensa, porque «el sistema educativo español, al contrario que el anglosajón o el centroeuropeo, aconseja poco a los estudiantes sobre las carreras o desarrollos profesionales más acordes con sus capacidades académicas y con sus personalidades», con lo que «acertar es, muchas veces, fruto de la casualidad».

A ella le ocurrió. De pleno. Y, una vez concluida la carrera, hizo el MIR y la especialidad de digestivo en Barcelona:«El departamento en el que trabajé estaba dirigido por el profesor Malagelada, padre de la Neurogastroenterología, y, tras acabar la especialidad, tuve la suerte de obtener una beca de la Sociedad de Gastroenterología Canadiense para estudiar las células marcapaso del tubo digestivo, llamadas células intersticiales de Cajal en honor a su descubridor, el Nobel español».

Y, de ahí, a Londres, donde reside con su pareja:«Aunque llegué sin trabajo, la experiencia investigadora que adquirí en Cataluña y en Canadá resultó fundamental a la hora de encontrar trabajo en un hospital universitario. Creo que, en general, la flexibilidad geográfica y un currículum competitivo facilitan enormemente la búsqueda laboral», aconseja.

Al centro al que se refiere es al University College of London Hospital, donde desarrolla su trabajo y donde su consulta se nutre de pacientes con alteraciones de la función digestiva, «particularmente problemas de motilidad y dolor abdominal, a veces influenciados por enfermedades neurológicas o por factores ambientales como el estrés». Además, apunta la doctora Zárate, «una proporción importante de estos pacientes son referidos para una segunda opinión y resulta muy gratificante ayudarlos».

Nombramiento

Pero es que, por si esa satisfacción no fuese suficiente, Natalia Zárate acaba de ver reconocido su trabajo por la Sociedad Británica de Gastroenterología, que está formada por varios comités cuya función es promover la investigación, educación y excelencia en la práctica clínica de las diferentes sub-especialidades de digestivo en el Reino Unido y que acaba de invitarla a unirse a su Comité de Neurogastroenterología, lo que a la gijonesa le hace sentirse «enormemente afortunada».

«Estoy muy contenta porque, a buen seguro, será muy enriquecedor poder colaborar en la divulgación de avances científicos en este campo y contribuir a la realización de guías clínicas que mejoren el tratamiento de los pacientes», asegura esta mujer que no tiene pensado volver a Asturias «por el momento» porque la capital británica también la ha cautivado:«Londres es una ciudad increíble:multicultural, multiétnica y tremendamente activa desde el punto de vista cultural, social y laboral. Siempre hay algo interesante que hacer».

Eso quiere decir, precisa luego, que no tenga desventajas como «las distancias, la carestía de la vida y un ritmo tan frenético que puede resultar agotador». Pero, con todo, ella se queda allí, una decisión en la que ha pesado mucho su familia:«Me gusta mucho el sistema educativo para mis hijos, un niño y una niña que tienen seis años y ocho años. En los colegios se fomenta muchísimo la educación individualizada y al mismo tiempo el trabajo en equipo, los debates, la capacidad de comunicación y el desarrollo de las artes y el deporte, aunque reconozco que soy una privilegiada por tener acceso a buenos colegios». Y la educación, defiende, es también «uno de los mayores problemas de España»: «Se necesita una reforma muy profunda si no queremos perder el tren de la competitividad y si queremos evitar las terribles cifras de paro y conseguir que un país lleno de gente creativa y trabajadora, algo reconocido internacionalmente, prospere».

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