Paralizada la inclusión del lobo ibérico en las Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial

Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León, las cuatro comunidades autónomas que gestionan a través de sus respectivos planes de gestión las poblaciones más numerosas de lobo ibérico de toda España, han logrado paralizar la propuesta del Ministerio de Transición y Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) de incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).

El Grupo de Trabajo del Lobo, conformado por técnicos del Miteco y de las comunidades autónomas, tenía previsto abordar esta semana el borrador de la 'Estrategia para la conservación y gestión del lobo en España', elaborado por el Ministerio que dirige Teresa Ribera para su debate. El documento ya determinaba la inclusión del lobo en el Lespre, pero las cuatro regiones solicitaron su retirada del orden del día.

Según ha informado en un comunicado el Gobierno cántabro, la petición ha sido aprobada y se ha decidido, además, elaborar un nuevo texto de estrategia, basado en las aportaciones de las comunidades autónomas y el Ministerio. El informe será posteriormente analizado para su consideración, evaluación y tramitación..

Los consejeros medioambientales de Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León han aplaudido la decisión del grupo de trabajo. «La necesidad de una estrategia nacional es y debe ser compatible con los actuales planes de gestión de las distintas comunidades autónomas», sostienen.

El representante cántabro, Guillermo Blanco, ha detallado que otorgar un nivel de protección adicional al lobo ibérico supondría «la pérdida de su condición de especie cinegética y una mayor rigidez en su control». Perjudicaría, así, de manera «muy seria» a la actividad ganadera, «clave en el medio rural». Además, la captura de un ejemplar sólo podría autorizarse de manera excepcional, «lo que haría mucho más difícil recurrir a acciones cinegéticas cuando estos animales amenacen los intereses ganaderos».

Precisamente, la incompatibilidad con la ganadería extensiva es lo que más preocupa a Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León debido al «grave riesgo» que generaría una mayor protección del lobo ibérico para su compatibilidad y equilibrio con las explotaciones ganaderas familiares. Blanco ha confiado en que esta decisión haga reflexionar al Ministerio sobre la importancia de revisar la Estrategia de Gestión y Conservación del Lobo «desde el equilibrio y la compatibilidad».

«No queremos que se extinga el lobo ibérico, pero tampoco el ganadero«, ha señalado el consejero cántabro. Sus homólogos han defendido que sus planes de gestión »se ajustan perfectamente a la normativa europea«, logrando que las poblaciones de lobo hayan mejorado y ocupen nuevos territorios, además de aportar una información »fiable y continua« sobre su evolución, los daños que causan a la ganadería y la conflictividad social asociada a su gestión.