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El patriarca de Asturias

Luis Arias Argüelles-Meres

Miércoles, 8 de octubre 2014, 02:31

¿Pero qué tiene este 2014 tan plagado de acontecimientos que parecen certificar el declive definitivo de la santificada transición? Se muere su gran artífice, Adolfo Suárez. El bipartidismo se llevó el mayor batacazo de esta 2ª Restauración borbónica en las elecciones europeas. Abdica el Rey Juan Carlos. En plena crisis entre el Estado y Cataluña, salta por los aires el escándalo del dinero oculto de Pujol. Y, como guinda, aunque vendrán otras seguramente, conocemos esta madrugada que, según cuenta el diario El País, el durante mucho tiempo todopoderoso Maese Villa se acogió a la amnistía fiscal de 2012 para regularizar ante el fisco un dinero que tenía en Suiza, nada menos que 1, 4 millones de euros.

Con la prudencia debida hasta que todo se confirme, caso de que esto sea cierto, ¿cómo no preguntarnos de dónde salió ese dinero? Y, sobre todo, ¿cómo no establecer una inevitable analogía entre Pujol y el líder del SOMA, analogía que se extiende a ambas sociedades, la catalana y la nuestra, por el enorme mazazo que todo ello está comportando?

Fíjense ustedes: esta noticia, de confirmarse, será un mazazo mucho mayor que el Petromocho, pues en aquel asunto no hubo simonía, y mayor mazazo también que el caso Riopedre, lo que ya es mucho, mayor mazazo porque no hablamos de un consejero, sino de un líder sindical que gozó en Asturias de un poder inmenso. El SOMA, durante el largo mandato de Villa, fue mucho más que un sindicato.

Patriarca de Asturias y alcaldón de las cuencas, padrino político del actual Presidente de Asturias, al que apoyó en aquel congreso de 2000 cuando las huestes arecistas estaban decididas a hacerse con el poder del partido.

Y tenía que ser ahora, en plenas efemérides de la Revolución del 34, cuando saltase la noticia. ¿Qué fue de la utopía minera? ¿Qué se hizo de ella? ¿Qué fue de la Asturias dinamitera, en manos de quién se quedó?

¡Qué decepción! ¡Qué inmensa decepción! ¿Puede un periódico inventarse la existencia de esa cuenta en Suiza, así como la solicitud de acogida a la amnistía fiscal?

¿Qué más tiene que ocurrir para que este búnker donde se refugian la avaricia y las patrañas se caiga y comience en España y en Asturias una verdadera catarsis que abra la ventana en busca de una vida pública respirable?

Esta madrugada, al tener noticia de ello, hablé con uno de mis mejores amigos, que es de la cuenca. Los dos estábamos helados. Los dos recordamos el verso de Blas de Otero donde habla de que Aquí no se salva ni Dios (lo asesinaron).

Amigo Xuacu, querido amigo, el 'Germinal' asturiano, cuando se escriba, no puede concluir con personajes y episodios como éste. No, esta vez el sueño de la justicia y la dignidad no puede acabar en pesadilla.

¡Qué tocada se queda Asturias! ¡Qué tocada se queda nuestra transición! ¿Nos queda algo más que desgañitarnos clamando decencia y que los clamores que suenen y resuenen como los estallidos de los barrenos?

Alguien, en colaboración con muchos otros, dinamitó una de las glorias comunes de nuestro pasado, toda una mitología. Nos quedan los clamores y los vómitos.

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