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De izquierda a derecha, Julio Pascual, director del Área de Neurociencias del HUCA, junto a Miguel Rodríguez, director médico del hospital y Fernando Seijo, jefe de Neurocirugía.
Electrodos contra el párkinson y las cefaleas agudas

Electrodos contra el párkinson y las cefaleas agudas

El HUCA, pionero en la aplicación de técnicas de estimulación cerebral profunda

Laura Fonseca

Sábado, 7 de febrero 2015, 00:13

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La dopamina es la gasolina del cerebro y cuando ésta se descompensa, el fino equilibrio que regula nuestro organismo se quiebra. Esos fallos, que hacen que algunas zonas del cerebro funcionen «por demás o también de menos», son los que están detrás de situaciones como el párkinson o, incluso, de las llamadas cefaleas en racimo, unos agudos dolores de cabeza que, según reconoció ayer el jefe del Área de Neurociencias del HUCA, Julio Pascual, «llevan a muchos pacientes a suicidarse». Para varios de estos casos, sobre todo en los que los tratamientos farmacológicos han sido infructuosos, existe desde hace algunos años un abordaje quirúrgico en el que el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) pisa cada vez más fuerte.

Ayer fueron presentados los resultados de las cirugías de estimulación cerebral profunda, en las que el HUCA es ya toda una referencia nacional y por cual recibe a pacientes de todo el país. En el caso de las cefaleas en racimo, el complejo hospitalario asturiano es ya el segundo del mundo en número de operaciones. El Central inició su andadura en estas lides en 1997 y desde entonces han sido 383 los pacientes que se han beneficiado de estas técnicas de neurocirugía funcional, que consisten en introducir en el cerebro un electrodo de apenas 10 milímetros para, mediante impulsos simulados, modular el área cerebral desequilibrada.

Actuar contra los síntomas

«No se trata de curar el párkinson ni tampoco las cefaleas, sino de paliar los síntomas y conseguir una mejor calidad de vida», precisó Julio Pascual. Y, ¿qué mejoras consiguen los pacientes? El cirujano Fernando Seijo, responsable del servicio de Neurocirugía del HUCA y alma mater del programa que a punto está de cumplir 20 años, fue muy gráfico al hablar de los resultados quirúrgicos: «son personas que están en silla de ruedas y que, tras la operación, pueden volver a caminar y salir a la calle».

Pero no todos los que sufren párkinson o cefaleas agudas son candidatos a este tipo de intervenciones, altamente complejas y cuyo coste ronda los 38.000 euros de media. En el caso de los trastornos de movimiento, el perfil mayoritario responde al de enfermos jóvenes (hay afectados de párkinson de apenas 40 años), que no hayan desarrollado deterioro mental. En las cefaleas en racimo se prioriza la agudeza del dolor y, sobre todo, a pacientes con fracaso farmacológico. Hasta el momento, se han realizado en todo el mundo apenas 70 operaciones de estas características, 12 de ellas en el HUCA. La primera se llevó a cabo en mayo de 2006. Fue una paciente asturiana «que se encuentra ahora muy bien», indicó Julio Pascual. El resto de pacientes operados en Oviedo han sido derivados desde otras comunidades autónomas. El próximo martes el HUCA llevará a cabo su decimotercera intervención en una enferma también desplazada.

Charla en el Colegio Médico

La estadística del HUCA da cuenta de un índice de seguridad de un correcto implante del electrodo del 95,59%. Solo dos pacientes de los 383 intervenidos han desarrollado alguna secuela. La demora para estas cirugías, de las que se practican una a la semana, ronda el año. Los resultados de estas técnicas de estimulación cerebral se presentarán este lunes en una mesa redonda que se celebrará en el Colegio de Médicos, en Oviedo. Acudirán dos de las máximas autoridades a nivel mundial: los profesores Jens Volkman, del University Hospital de Wuerzburg (Alemania), y Andrés Lozano, del Toronto Western Hospital (Canadá).

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