37 recursos de investigadores esperan respuesta

Los investigadores de la Universidad de Oviedo se fueron de vacaciones de Navidad con un disgusto mayúsculo: de las 144 solicitudes de financiación presentadas al tan ansiado plan de ayudas del Principado, 69 no fueron admitidas. El Boletín Oficial del Principado de Asturias hizo público el reparto de los 11,5 millones en cuatro años el 26 de diciembre de 2014 y ni aun así logró difuminar los efectos de la resolución sobre quienes fueron rechazados. Especialmente en aquellos cuyos proyectos aportaban una elevada puntuación de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva, organismo del Ministerio de Economía y Competitividad encargado de evaluar las propuestas investigadoras que buscan financiación.

El disgusto vacacional se fue transformando en irritación y la irritación en 37 recursos presentados ante la Consejería de Economía y Empleo, que con el tiempo han ido evolucionando en un cabreo que, dos meses después, no cesa. Sobre todo porque el Principado aún no ha resuelto ninguno de los 37 recursos presentados, si bien fuentes del Gobierno regional han señalado la próxima semana como fecha probable de resolución.

Una resolución que también espera la Universidad, como institución, que presentó su propio recurso por problemas de fechas. El plan señala el inicio de las ayudas en 2014, si bien, al tener el BOPA fecha de 26 de diciembre, no dejaba tiempo material para consumir la primera anualidad, por lo que ha solicitado que los 383.000 euros sean aportados, bien a la anualidad de 2015, bien prorrateados entre los tres años restantes del plan de ayudas. Todo parece indicar que la petición universitaria no tiene buen encaje legal y que ésta podría ser una de las causas del retraso en la respuesta del Principado. En cualquier caso, la Universidad de Oviedo está dispuesta a recurrir a la vía legal, a través del juzgado de lo Contencioso Administrativo, para no perder esos 383.000 euros.

Grupos sociales y emergentes

El mayor enfado de los investigadores, no obstante, tiene su nido en los grupos de ciencias jurídicas y sociales -Económicas y Derecho- y en el de Artes y Humanidades, de las que apenas obtuvieron ayuda tres proyectos, siendo rechazados el 80% de los presentados en el campo de las ciencias humanas.

El Principado había apostado claramente por los proyectos de ámbito científico y tecnológico, primando las propuestas de transferencia de resultados a las empresas. Pero ni siquiera entre investigadores de ciencias y de ingeniería faltan los recursos, toda vez que los grupos pequeños o emergentes de algunas áreas, como Matemáticas, se han visto fuera de las ayudas sin una razón específica. De hecho no más de media docena de los grupos emergentes han recibido financiación.

Esa doble apuesta gubernamental por las investigaciones transferibles y por los grupos consolidados ha sido duramente criticada desde dentro y desde fuera de los círculos investigadores. En ese sentido todas las voces coinciden en que muchos de los grupos que han sido recompensados con fuertes ayudas no tienen problema alguno en hallar financiación en concurrencias nacionales y europeas, mientras que los grupos jóvenes y emergentes no pueden acceder a ellas sin el aval de las convocatorias regionales.

Entre los beneficiados figuran nombres de reconocido prestigio como el del propio rector -cuya concurrencia a la convocatoria ha sido calificada de «poco ética» en el seno de la Universidad-, con 167.000 euros; Carlos Suárez, director de la Finba, dependiente del Principado, con la dotación más alta 250.000 euros, o Fernando Las-Heras, ingeniero que comparte con Suárez el hito del cuarto de millón de euros. La relación de prestigiosos investigadores financiados es larga: Alfredo Sanz Medel, Consuelo Martínez, Javier Sebastián, Mario Díaz, Herminio Sastre, Rodolfo Gutiérrez, Santiago García Granda, Isabel Carrera, Jesús Otero...

La aplicación de baremos

Por eso incluso muchos de ellos asumen en privado que el reparto de fondos podría haber sido más equilibrado, sin negar el pan y la sal a casi 70 grupos de investigación, la mitad de los cuales ha recurrido, incluso con la intención de ir más lejos. Consideran que se ha vulnerado la convocatoria, que señalaba los 70 puntos como baremo para obtener financiación, y ningún grupo de los que la ha logrado ha estado por debajo de los 75. Pero las sensaciones de éxito, vía administrativa, no son favorables. La judicial está abierta.