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La cajonera, empotrada contra la resonancia al ser atraída por su potente imán.
«El mueble voló. Si estoy delante, me desgracia»

«El mueble voló. Si estoy delante, me desgracia»

La limpiadora de la resonancia del HUCA replica a Sanidad que no fue su carro el que dañó el equipo

CH. TUYA / I. REY

Martes, 31 de marzo 2015, 03:41

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«No fue mi carro de limpieza el que se estampó contra la resonancia. Fue un armarito, una cajonera que siempre está en la sala. Salió disparada en cuanto la moví para limpiarla. Debía tener algo metálico dentro, aunque yo no lo sé, porque no abro los cajones. Pero lo cierto es que, según la moví para limpiar detrás, voló». La profesional encargada de la limpieza de las resonancias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) todavía no se cree lo que vivió el sábado. Y, mucho menos, la versión que de su experiencia ha facilitado la Consejería de Sanidad. «No fue mi carrito, fue un armario de la sala, insisto. No sé cómo han dado esa versión, pero, claro, tampoco sé cómo es que todavía nadie me ha preguntado hoy (el lunes) qué pasó».

Se refiere a la noticia adelantada por EL COMERCIO. El sábado un mueble apareció estampado contra la boca de una resonancia del HUCA. Con algún componente metálico en su interior, el potente imán del equipo radiológico lo atrapó, hasta pegarlo cual ventosa en el hueco de la camilla. Las fuentes oficiales consultadas por este periódico explicaron que se trataba de «un carrito de limpieza no adecuado para la sala», donde sólo pueden entrar «carritos sin elementos metálicos». Las mismas fuentes aseguraron que la resonancia estará fuera de uso «dos días» y que ya se ha solicitado a la empresa proveedora, Siemens, «una pieza para repararla».

«Tengo un tirón»

Sin embargo, la única persona que estaba en la sala y vio lo que sucedió niega la versión oficial. Veterana del sector, responsable de la limpieza de las resonancias desde junio pasado, aseguró que «no fue mi carrito. Solo hay que ver la foto para darse cuenta que eso no es un carro de limpieza. Es un armarito con ruedas». Según detalló, «en la sala de resonancias nunca entramos con el carro. Solo llevamos un cubo de plástico y una fregona con el palo de madera». Un equipo con el que limpia las dos resonancias del primer sótano «todos los días, salvo el domingo. De lunes a viernes, por las tardes, y los sábados, por la mañana».

Es esta jornada, la matinal, la que dedica «a la limpieza general». Es decir, «mucho más profunda, en la que lo muevo todo, limpio detrás de los muebles y todos los zócalos». En esas estaba el sábado, hacia las once de la mañana, cuando la profesional sintió «que me arrancaban el armario de la mano». Tan fuerte fue que, asegura, «tengo un tirón en un hombro», lesión que, no obstante, «no me impide trabajar».

De hecho, considera «que tuve mucha suerte, porque si en lugar de estar detrás de la cajonera estoy delante, me desgracia». Una situación que la lleva a lamentar que «todo el mundo hable de lo que costará la reparación del equipo, pero nadie se ha preocupado de saber cómo estoy. Si me hice daño o no».

41 pacientes desplazados

Por el momento, Sanidad no ha cuantificado el coste de la reparación del equipo. Según explicó Tácito Suárez, gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), «ha sido necesario bajar el campo magnético para bajar la fuerza de atracción y separar el carro. Los técnicos de Siemens creen que, incluso puede que no tenga ningún desperfecto. Hay que ser prudente» y confirmó que «puede estar solucionado en dos o tres días».

Lo que sí quiso dejar claro es que «es un accidente. Ya ocurrió otras veces. Hay que analizar las causas, pero es un accidente», ya que «no cabe pensar en un boicot. Pensar que los trabajadores puedan hacer algo así no se me pasa por la cabeza».

Mientras la resonancia está fuera de uso, será necesario desplazar a las viejas instalaciones del HUCA, las de El Cristo, a «41 pacientes», que tenían previsto realizar una prueba en la resonancia ahora averiada. Suárez insistió en que «manejamos la misma demora que cualquier otra comunidad». Frente a las cifras que hablan de más de 5.000 pruebas colapsadas, el gerente del Sespa afirma que «estamos en los tiempos que marca el Ministerio de Sanidad: 50 días de media».

Son esperas, aseguró, «que están dentro de lo razonable», a la vez calificó de «mejoras notables», salvo «en el área cuarta, donde se ha puesto en marcha un plan estructural». Insistió en que «las resonancias en el antiguo hospital seguirán durante los fines de semana hasta que sea necesario. No podemos dejar de trabajar y de atender a los ciudadanos».

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