Fomento ordena reactivar los tramos sin acabar de la autovía del suroccidente

El Ministerio de Fomento ha comunicado ya a las constructoras Acciona y Dragados que deben reactivar los trabajos que dejaron a medias en la autovía del suroccidente (A-63), entre Doriga y Salas. El equipo de Ana Pastor aprobó una suspensión temporal de las obras en enero de 2013, para que dejaran de vencer los plazos contractuales en unos tajos que los obreros abandonaron la legislatura pasada. La orden que levantó dicha interrupción fue cursada el 1 de abril pasado.

Semanas antes, la propia titular del departamento, Ana Pastor, acudió al Senado para ser interpelada por el representante de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca. En medio del tenso debate que libraron, Pastor reprochó el parón que había heredado en los dos tramos aún pendientes de la A-63, y desveló sus intenciones: «Vamos a poner en marcha en el mes de mayo las obras DorigaCornellana y CornellanaSalas».

La decisión afecta a dos lotes diseñados para aportar 9,7 kilómetros más de autovía. El tramo de la N-634 al que deben dar alternativa está marcado por un trazado sinuoso y con no pocos riesgos para los 4.150 vehículos diarios que la circulan, un 9,4% de ellos, camiones.

Por ahora la reactivación se ciñe a los despachos. El Presupuesto General del Estado en vigor ofrece una reserva de 6,84 millones a Dragados por retomar Cornellana-Salas y otros 5,18 para Acciona. La aprobación de estas partidas ya dio pistas a las constructoras de cuál era la voluntad del ministerio. Ahora los equipos de ambas sociedades deben reevaluar los proyectos, comprobar el estado en el que se encuentran los tajos abandonados, y echar números. Los departamentos de contabilidad calcularán si el precio convenido en los contratos sigue compensándoles y cuántos operarios, maquinaria y materiales necesitan para certificar obra por los importes que les propone la administración para el presente ejercicio.

Adjudicados hace 8 años

Cabe recordar que los contratos de adjudicación se resolvieron hace ya más de ocho años. Es un tiempo en el que los costes de la construcción y la capacidad de cada empresa para acudir a los bancos ha variado de manera considerable. De momento el ministerio ha reactivado los encargos sin aprobar nuevos sobrecostes, pero queda por ver que a los contratistas les interese retomar la faena sin forzar modificados.

Los contratos tienen ahora un presupuesto en vigor conjunto de 96,45 millones, de los cuales ya han sido liquidados 44,01. Es decir, la inversión ejecutada cubre un 45,62% de la factura total.

La mayor parte del trabajo pendiente se concentra en el lote Cornellana-Salas, de 7,3 kilómetros. El contrato se concedió con un presupuesto de 59,85 millones y 31 meses de plazo, lo que hacía suponer que alrededor de octubre de 2009 estaría terminada.

A un ritmo de ejecución bajo se unió un defecto en los proyectos. La empresa empezó a advertir de que las cimentaciones estaban mal calculadas, lo que motivó un modificado aprobado en noviembre de 2010. Los permisos ambientales para amparar los cambios técnicos no llegaron hasta un año más tarde. El aval no sirvió para reactivar unas obras que ya entonces llevaban más de un año detenidas. El ministerio ya certificó obra por valor de 26,47 millones, lo que supone un 44,22% sobre el total contratado.

Dos modificados

El proyecto para Doriga-Cornellana debía prolongar la autovía en 2,4 kilómetros y también despertó modificados. En mayo de 2009 se aprobó uno y en octubre de 2012 el segundo. El precio de adjudicación que era de 30,56 millones se situó tras ellos en los 36,6. Contratado en enero de 2007, Acciona disponía de 36 meses de plazo de entrega, un margen que expiraba a principios de 2010. Cinco años más tarde y después de una inversión ejecutada en los 17,54 millones, lo único que tiene el ministerio es un rosario de pilas sin viaducto.

Una vez concluida la autovía del Cantábrico (A-8) y la Ruta de la Plata (A-66), el Presupuesto General del Estado fija su prioridad en prolongar la autovía del suroccidente desde Doriga hasta Salas. Lo hace con una programación de inversión que demora hasta el 2017 la conclusión deDoriga-Cornellana y un año más para Cornellana-Salas.