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TERRY BASTERRA
Miércoles, 27 de enero 2016, 02:28
La tuberculosis bovina es una de las enfermedades animales que más preocupan en los últimos tiempos a los ganaderos asturianos. El que aparezca una vaca que dé positivo a la prueba de la tuberculina implica desde el sacrifico del animal infectado hasta el vacío sanitario de toda la explotación para evitar que la enfermedad se propague. Para abordar esta problemática y arrojar luz a las dudas de los ganaderos, Lucas Domínguez, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de Madrid y director del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la Universidad Complutense, ofrecerá hoy a las 12 horas una conferencia sobre esta enfermedad en el salón de actos del EASMU, en la calle Coronel Aranda 2 de Oviedo.
Lucas Domínguez quiere trasladar a los ganaderos un mensaje de «tranquilidad», ya que, según afirma, «la prevalencia de la tuberculosis bovina en Asturias es de las más bajas de España y es una región candidata a erradicarla». De hecho, destaca que «solo el 0,3% de las explotaciones del Principado tienen el problema de esta enfermedad».
En el caso de la tuberculosis bovina, no hay vacuna que evite la afección de la res. Al ser una enfermedad contagiosa -que incluso puede ser transmitida al hombre-, la legislación establece que aquellas reses que den positivo a la tuberculina deben ser sacrificadas.
«Se trata de una enfermedad crónica, por lo que desde que se infecta un animal hasta que se ven los síntomas pasan años. Por eso, se dan casos en los que se ha detectado la tuberculosis en una fase muy precoz y en el matadero no se ven las lesiones. En Asturias se llegan a hacer saneamientos ganaderos hasta dos veces al año. Se están haciendo bien las cosas», valora este catedrático de Sanidad Animal de la Complutense, quien explica que «en las personas ya sabemos que solo el 10% de los infectados por tuberculosis acaban desarrollando la enfermedad. En los animales no les damos tiempo».
Esta política preventiva tan estricta a escala nacional es precisamente la que hace, según destaca Domínguez, que la carne de vacuno de Asturias y España pueda ser exportada a otras zonas del mundo. «Ese programa es el marchamo que respalda el correcto estado de la carne que se produce y exporta en España», recalca.
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