El Principado ve desfasado el trabajo que achaca 300 muertes al año a la polución
«Los niveles actuales no tienen nada que ver, son la mitad», afirma sobre el estudio que analizó la contaminación del aire en Oviedo de 2000 a 2009
R. MUÑIZ
Miércoles, 8 de marzo 2017, 03:20
Un estudio del Instituto de Salud Carlos III puso la semana pasada graves cifras a la contaminación de la región. El trabajo atribuye a la inhalación continua de micropartículas tipo PM 10 y PM 2,5 la muerte de 296 asturianos al año. Dos matices. La investigación se centró en los datos de fallecidos y los niveles de polución de las capitales de provincia y, además, lo hizo sobre las estadísticas acumuladas entre los años 2000 y 2009.
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El resultado «no nos ha sorprendido», concedió ayer Elena Marañón, directora general de Control Ambiental en la Administración autonómica. «Hace una correlación entre niveles de partículas y mortalidad y es similar al que hizo el propio Principado, solo que nosotros lo hicimos sobre ingresos hospitalarios en vez de mortalidad, pero llega a conclusiones similares», explicó. La enseñanza es que «cuando se incrementan los niveles de contaminantes, hay incidencia en los ingresos hospitalarios o en la mortalidad».
Con todo, Marañón recordó que los niveles de polución de la década analizada eran muy altos, «sobre todo entre 2000 y 2004. Y no tienen nada que ver con los de ahora; estamos en la mitad más o menos». Efectivamente, en 2004 la estación del Palacio de los Deportes de Oviedo, tradicionalmente la peor, registró 63 microgramos de PM 10 por metro cúbico, mientras que en 2015 se situó en 32 y el pasado año los datos provisionales lo dejan en 23 microgramos. En 2004 la base ofreció concentraciones que en 271 días excedían el límite máximo para las 24 horas, en 2015 no pasó de 22 días y el pasado curso solo se incumplió en una única jornada. De utilizar los registros de ahora «los resultados serían totalmente distintos», añadió Marañón. La directora general indicó que el análisis del Instituto Carlos III escrutó cuál era el índice de riesgo de cada capital atendiendo a su contaminación. «Los factores de riesgo estaban mucho más altos en otras ciudades», aclaró. El problema es que al aplicarlo a una región en la que ya había una elevada mortalidad acaba «saliendo un número de fallecidos muy elevado». «Algunos resultados estadísticos son significativos, otros no», planteó.
Protocolos para primavera
Marañón hizo estas matizaciones antes de reunirse con concejales de Oviedo, Siero, Llanera, Noreña, Morcín y Ribera de Arriba. A la cita acudieron representantes de la Jefatura Provincial de Tráfico, la Agencia Estatal de Meteorología y la Delegación del Gobierno. El objetivo es enhebrar un protocolo que concrete cómo actuar cuando la contaminación del aire es elevada y el viento no la dispersa.
«Queremos establecer un consenso para que las medidas sean eficaces, que no se queden en papel mojado», aseguró la directora general. «Para primavera deberíamos tener los documentos», apuró.
El decálogo en el que se trabaja incluye controles de tráfico y restricciones de acceso, además de cambios en el horario para la carga y descarga y en el encendido de las calefacciones. «En momentos de mucha contaminación no se descartan restricciones a la actividad de la industria», anticipó Marañón.
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