El 40% del uso del coche en Asturias es para ir a sitios que están a menos de 10 minutos

Las recetas se suman a las anunciadas por el Gobierno central. El Consejo de Ministros aprobó el martes la declaración de emergencia climática, que anticipa la llegada de medidas «para que los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones de manera urgente». Por zonas de bajas emisiones se conocen los sistemas que restringen el acceso a determinado tipo de vehículos en algunos barrios, algo que en España solo han aplicado Barcelona y la capital, con Madrid Central.

El compromiso que el Gobierno de Pedro Sánchez tenía con Bruselas era forzar esos espacios en ciudades con más de 50.000 habitantes de aquí a 2030. La declaración del martes parece acelerar un paso que, en Asturias, afecta a Gijón, Oviedo, Avilés y Siero. «Las ciudades tienen que tomar decisiones en los próximos años y el Principado, también», coincidió el consejero de Infraestructuras, Juan Cofiño. «Tenemos un problema ambiental muy importante y el tráfico rodado, el vehículo privado, es culpable entre comillas de buena parte de ello», apuntó.

En su redacción actual, el Plan de Movilidad recuerda que las propias directivas comunitarias ya buscan las zonas de bajas emisiones en ciudades de más de 50.000 habitantes. No es una referencia casual. La legislación asturiana impone que los planes de movilidad municipal deban adaptarse al autonómico y que, para asegurarlo, pasen el examen de la consejería. El propio departamento verificará así que Oviedo, Gijón, Avilés y Siero incluyen en sus programas la apertura de zonas de bajas emisiones.

De momento solo Gijón está a punto de aprobar una ordenanza municipal incluyendo la figura de estas zonas, pero la transformación es ineludible. Los consistorios están a la espera de que el ministerio desvele hasta dónde llega la obligación y qué deja en sus manos. «Si hay mucho margen, pasará como con las zonas de afluencia turística. Madrid declaró toda la ciudad y todos los comercios podían abrir en domingo, mientras Oviedo lo centró en el casco antiguo, lo que no produjo cambios», recuerda Carlos Suárez, director de la ingeniería Vectio. Su consejo es ir a fórmulas que eviten los coches más contaminantes «donde más gente está caminando», pero con periodos transitorios para que los vecinos afectados vayan cambiando sus vehículos.

«La experiencia de Madrid y Barcelona nos enseña que el anuncio de estas medidas y su implantación dispara la venta de coches eléctricos e híbridos», avanza. «Las limitaciones tienen que ir acompañadas de ayudas para que la gente acceda a nuevos vehículos», coincide Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón.