4.212 peticiones de ayuda de menores asturianos por violencia y salud mental

Cada minuto, un niño niña o adolescente se pone en contacto con las líneas de ayuda de la Fundación ANAR. Durante el año pasado, recibieron nada menos que 251.118 peticiones de ayuda. Sufrían maltrato, abusos o acoso escolar. Habían sido expulsados de su hogar o abandonados. Tenían ideaciones suicidas o incluso habían intentado acabar con su vida. Se habían autolesionado. Tenían problemas en el colegio o estaban sufriendo una separación conflictiva de sus padres. Son algunos de los muchos y preocupantes motivos que llevaron a miles de menores a marcar los teléfonos de ayuda de ANAR durante el año pasado. 4.212 de esas peticiones de ayuda fueron realizadas desde Asturias. La cifra no se corresponde con 4.212 menores, ya que cada uno de ellos realiza y recibe varias llamadas durante la tramitación de su expediente. Pero hay un dato que deja clara la preocupante situación de nuestros jóvenes: el año anterior ANAR registró 2.931 peticiones de ayuda. El incremento ha sido del 43%.

Llama la atención también la comparativa con otras comunidades. Con la vecina Galicia, por ejemplo. Sus 379.000 menores realizaron 2.827 llamadas. En Asturias se contabilizan 131.000 niños y niñas, que realizaron esas más de 4.000 llamadas. En todo el país se intervino en 16.442 casos, muchos de ellos graves, algunos de extrema gravedad. De hecho, según consta en la memoria de 2021 de la Fundación, seis de cada diez consultas fueron de gravedad alta. Además, también empeoró la frecuencia y duración de los problemas que sufrían los niños. ANAR prestó ayuda a 4.681 personas más que el año anterior. Es casi un 80% más que hace cinco ejercicios. La cuestión es que detrás de esas cifras, como recordaba en la presentación de la memoria el director general de la Fundación, hay menores que están sufriendo.

La estadísticas de los motivos de las llamadas se ofrecen de forma general para todo el país, si bien desde ANAR explican que los porcentajes son aplicables a todas las comunidades autónomas. De este modo, la violencia (hasta doce tipos de violencia identifica la memoria) siguen siendo la principal causa del sufrimiento de nuestros menores. El maltrato físico y psicológico, el acoso escolar, el ciberacoso y las agresiones se sitúan como principales problemas. También la violencia de género.

«Muchas familias continúan recurriendo a la violencia como forma de resolver los conflictos», dicen en ANAR. En 2021 se atendieron en España 8.565 casos graves de violencia, frente a los 6.259 del ejercicio anterior. No solo es preocupante el aumento de casos, sino también la gravedad, urgencia, duración y frecuencia de los mismos. Todos estos parámetros han empeorado de forma significativa».

Preocupa también, y mucho, la violencia de género entre los más jóvenes, problema que no hace más que aumentar año tras año. Las peticiones de ayuda por este motivo han aumentado un 50% en solo un año. En la última década, los casos en los que ha intervenido ANAR se han multiplicado por diez y, lo que es más preocupante, el 43% de los afectados no eran conscientes del problema cuando hablaron con los expertos.

Estos datos vienen a confirmar los de otras instituciones. El Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género, el Viogen, tenía en el mes de marzo identificadas 23 víctimas menores de 18 años en Asturias. El Centro de la Mujer de Gijón atendió el año pasado a una joven de apenas 15 años. El de Siero prestó ayuda a dos chicas de 15 y 17 años.

En cuanto al acoso escolar, y tras el pequeño respiro que dejó la pandemia en este sentido, por el aumento de clases telemáticas, ha vuelto a aumentar. Como también lo han hecho los casos de abandono y expulsión del hogar, y los problemas de todo tipo en el entorno de los menores, desde la violencia a las dificultades económicas.

Y si bien todas estas cuestiones son graves y preocupantes si hay algo que destaca ANAR en esta ocasión son los problemas de salud mental de nuestros niños y adolescentes. Los expertos y las propias cifras vienen advirtiéndolo hace tiempo. En Asturias las consultas de Salud Mental se han disparado. Ha habido 10.500 más en el último año. Y aunque en la comunidad el grupo más numeroso es el de a partir de 45 años, la mirada está puesta también en los más jóvenes. La memoria de ANAR concluye que el 32,5% de las consultas que recibió en 2021 fueron por este motivo, con un incremento de más del 56% respecto al año anterior. «El incremento más preocupante en salud mental es el que supone los casos de ideación suicida, intentos autolíticos ya iniciados y autolesiones, que supusieron un total de 7.770 peticiones de ayuda, necesarias para salvar a 4.542 niños y adolescentes con este grave problema», reza la memoria de la organización. Desde 2019, las consultas por este motivo se han multiplicado por 18. En cuanto a las autolesiones, las llamadas recibidas sobre ello «se ha multiplicado por 56,1 en los últimos años (con una tasa de crecimiento en los últimos trece años de 5.514% pasando de 57 consultas en 2009 a 3.200 en el año 2021)».

En Asturias, Podemos solicitó al Gobierno regional un protocolo para la prevención del suicidio y las conductas autolíticas en el entorno educativo. Y, por otro lado, el nuevo equipamiento de Salud Mental previsto para el Hospital de Cabueñes, en Gijón, incluirá un recurso sanitario para menores entre los 6 y los 17 años al que acudirían a recibir terapia, someterse a rehabilitación o participar en talleres para el tratamiento de trastornos del comportamiento, del espectro autista e hiperactividad o del desarrollo psicológico, entre otros.

Ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, adicciones y problemas de conducta son otras de las cuestiones que trataron los psicólogos de ANAR.

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