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MARIO ÁLVAREZ
GIJÓN.
Sábado, 21 de noviembre 2020, 01:18
«Sabían que al día siguiente ya no iban a estar abiertos, pero les daba igual, engañaban a la gente para que se pagasen tratamientos dentales que nunca iban a recibir». Los trabajadores de la clínica Dentix aseguran que este comportamiento era una práctica habitual de la empresa los días antes del cierre que ha dejado a más de 150 pacientes en Asturias sin cobertura, un total de 101.481 a nivel nacional, según ha cuantificado el Ministerio de Consumo.
«Te obligaban a hacerlo. Era una locura, pero te obligaban a ofrecer un tratamiento que no podríamos ofertar», cuenta el gijonés Tabaré Franchini, que durante casi dos años estuvo trabajando en la sede de Dentix de Irún. «Estudié para curar a pacientes, no para estafarlos. Mi sentido de la ética me impedía continuar en una empresa que actúa de ese modo», añade este asturiano, que acabó volviendo a Asturias.
La Plataforma de Afectados por Dentix en Asturias también denuncia esa mala praxis. Aseguran que cuando quedaban poco más de veinte minutos para echar el cierre definitivo, continuaron ofreciendo empastes a pacientes en sus tres centros de la región. «¿El resultado final? El conocido». Es decir, pacientes que siguen pagando tratamientos que no recibirán o que han quedado a medias. Las clínicas cerradas y la empresa ha pedido un concurso de acreedores.
No solo los pacientes, también los trabajadores pagan los platos rotos. La propia plataforma de afectados asegura que durante los últimos días en los que Dentix permaneció abierto, hablaron con varios trabajadores que hablaban de cobros pendientes. En concreto, «una recepcionista llevaba más de cuatro meses sin recibir ni un solo céntimo a fin de mes, algo inasumible para cualquier familia». Al propio Franchini le deben más de 2.000 euros, pero a pesar de ello, se siente afortunado en relación con sus compañeros: «No sirve como consuelo pero había personas en la plantilla a la que le debían auténticas barbaridades. Cuando pedíamos explicaciones, solo obteníamos silencio y confusión como respuesta».
El sueldo de este asturiano, como el del resto de los trabajadores de la plantilla, tenía una parte fija y otra variable que la empresa no abonaba pese a cumplir con los objetivos. «Se estaba produciendo un incumplimiento evidente de los contratos».
No obstante, este joven asturiano, como otros muchos trabajadores, no emprenderá acciones legales ya que prefiere pasar página para poder centrarse en su profesión.
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