«Alarmante» aumento de mujeres sin hogar en Asturias
Cáritas advierte de que cada vez son más los jóvenes, mayores y familias en situación de vulnerabilidad
«Hay noches en que me duermo imaginando que vuelvo a tener una mesa para invitar a mis nietos a merendar. No sé si pasará, pero ese sueño me mantiene viva». La frase es de Teresa, 59 años, una de las muchas mujeres, cada vez más, que no tiene un techo para cobijarse en Asturias. Porque en lo que va de año Cáritas ha acompañado en la comunidad a 262 mujeres que se encuentran en situación de sinhogarismo, una cifra que contrasta con las 68 atendidas durante todo el año pasado. Es por ello que la organización alza la voz contra este «alarmante aumento».
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Hace solo unos días, el 26 de octubre, se conmemoró del Día de las Personas sin Hogar. Con ese motivo, Cáritas ha lanzado la campaña 'Sin hogar, pero con sueños', para visibilizar «los sueños silenciados de quienes cada día se enfrentan a múltiples barreras».
Cáritas acompañó el año pasado en Asturias a 1.610 personas sin hogar, de las que 68 fueron mujeres en situación de calle. La entidad constata el «aumento de la vulnerabilidad en muchas personas y familias que no pueden acceder a su derecho de alcanzar una vivienda digna y adecuada». A lo largo del 2024, en toda Asturias, 143 fueron las personas acompañadas mayores de 65 años, y el 26 % (419) personas jóvenes entre los 18 y los 35 años. La experiencia de lo que va de año indica que «casi con toda seguridad, se superará la cifra del total de personas acompañadas». Solo hay que tener en cuenta el dato de mujeres: en lo que va de año, 262 atendidas, frente a las 68 del pasado ejercicio.
Desde Cáritas en Asturias se considera que es necesario y urgente «seguir sensibilizándonos como sociedad y continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de los derechos humanos, y al resto de la sociedad acerca de la realidad que están viviendo estas personas», explica Zoraida Sienra, responsable del programa de 'Personas sin hogar' de Cáritas Diocesana de Oviedo.
Cáritas constata, desde todos los ámbitos en los que trabaja y sus muchos dispositivos, el drama de la vivienda en Asturias y en España: hay personas que «aun trabajando, no pueden acceder a una vivienda, personas migrantes atrapadas en la invisibilidad, víctimas de violencia machista que no encuentran una salida segura; mujeres y hombres con problemas de salud mental o adicciones; jóvenes ex tutelados a quienes se les cierran las puertas justo al alcanzar la mayoría de edad; mayores sin red familiar ni pensión suficiente que garantice unas condiciones dignas.
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Todos ellos se enfrentan a una larga lista de obstáculos relacionados con la falta de vivienda: la falta de intimidad, las dificultades de acceso a un trabajo decente, las trabas para acceder a los trámites de la administración pública (ausencia de empadronamientos), los problemas de salud física y mental...
El 'sinhogarismo' es un problema social que no solo aglutina a las personas en situación de calle. De acuerdo a la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial (ETHOS) hay cuatro categorías: en situación de calle, sin vivienda, vivienda insegura o vivienda inadecuada. Las personas que están en la calle y las que van de alojamiento en alojamiento son la cara más conocida de este fenómeno. Sin embargo, las personas que viven en chabolas, caravanas, en asentamientos o en viviendas cedidas son la parte más invisible del 'sinhogarismo', recuerdan desde Cáritas.
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