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El río Nalón a su paso por Pravia, con el agua todavía desbordada sobre las plantaciones de ribera. :: TAREK HALABI

Los alcaldes culpan de las inundaciones a la suciedad de los ríos: «Avisamos de que pasaría»

Los regidores de las principales zonas afectadas consideran que se podría haber minimizado el impacto del temporal

RAMÓN MUÑIZ / PABLO SUÁREZ

GIJÓN.

Domingo, 27 de enero 2019, 04:02

Tras el temporal llegó la calma, pero solo a nivel meteorológico. A medida que pasan los días y continúan los recuentos de los daños causados por las fuertes lluvias, se enfría entre los afectados la consternación por lo perdido y aumenta la sensación de que el agua se podría haber llevado mucho menos de haberse implementado las medidas oportunas. Una de ellas, y que los alcaldes de varios de los municipios más castigados por el temporal venían tiempo demandando, pasa por la limpieza del cauce de los ríos. «Siempre dijimos que era muy importante y no se estaba realizando. Los ríos llevan tiempo estando muy sucios, llenos de troncos y restos que se van acumulando y que provocan que el agua no fluya como debe. Avisamos de que esto podía pasar», afirmaba ayer Ignacio García, presidente de la Federación Asturiana de Concejos.

Esta misma opinión es compartida por la práctica totalidad de los alcaldes consultados por EL COMERCIO, especialmente aquellos cuyos concejos son bañados por el río Nalón, cuyo desbordamiento originó las peores inundaciones que se recuerdan en años. «Aparte de la propia fuerza de la naturaleza también queremos saber si ha habido algún fallo en la gestión», reclamaba David Álvarez, alcalde de Pravia. Propone la creación de una mesa de trabajo junto con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico en la que también se incluya a los empresarios del sector agroalimentario praviano, cuyas plantaciones han quedado totalmente anegadas. «Es sabido que los ríos hay que limpiarlos y para nada estaban limpios», incidió Álvarez.

Similares son las quejas que formulan desde Grado, otro de los concejos que ha visto cómo el desborde del río ha provocado inundaciones de una magnitud que ni los más mayores del lugar recordaban. En este concejo hubo pueblos, como el de Peñaflor, que precisaron de la evacuación de sus habitantes, los cuales fueron acogidos en hoteles y casas rurales de la zona. «Nunca el río subió tan rápido. No entiendo cómo desde la Confederación no se nos avisó antes», consideraba su alcalde, José Luis Trabanco, a quien también le tocó lidiar con un buen número de desprendimientos ocasionados por las fuertes lluvias.

Vídeo.

En Ribera de Arriba se muestran resignados ante una situación que por momentos dejó la zona completamente aislada. «Sabemos dónde estamos y que es un territorio inundable, pero a veces se hacen cosas de mala manera y luego nos sorprendemos de las consecuencias», aludía su regidor, José Ramón García, en referencia a las diferentes construcciones que fueron levantadas pese a que el terreno no garantizaba las mejores condiciones.

Bastante más avanzado llevan el recuento de daños en Villaviciosa, donde calculan las pérdidas en torno a los 320.000 euros. «La cifra es una primera estimación del arquitecto municipal. Tendremos que solicitar ayudas y afrontarlo con nuevas aportaciones del presupuesto municipal», explicó el alcalde, Alejandro Vega. En el concejo maliayo, una de las primeras actuaciones será la de la playa de Quintes, colapsada por un argayo de grandes dimensiones que se calcula pueda ser retirado durante la próxima semana. También esta semana el regidor mantendrá una reunión con la Confederación. «Les trasmitiremos nuestra petición de que se de prioridad a las actuaciones del programa contra las inundaciones que corresponden a Villaviciosa», avanzó.

En un tono algo más conciliador se mostró el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, quien prefiere esperar a obtener una valoración más completa de los daños para emitir valoraciones sobre la gestión del temporal. «Tenemos la orografía que tenemos, pero siempre hay que intentar minimizar los daños todo lo que se pueda», afirmó al tiempo al tiempo que adelantaba la petición de ayudas para un concejo que ha padecido más de 60 desprendimientos. «No se le pueden poner puertas al campo», comentaba resignado.

Posturas diversas

La realidad es que, desde las últimas tormentas registradas en la región durante los meses de octubre y noviembre, y que se manifestaron en forma de nieve, desde un buen número de concejos se había reclamado la limpieza de unos ríos que ya entonces daban señales de no estar en sus mejores condiciones. Pese a ello, el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, se mostraba ayer escéptico sobre las bondades de retirar la vegetación de la ribera. «Hay posturas diversas sobre si influye de manera positiva o negativa. Nosotros lo que ofrecemos es cooperación con la administración del Estado y las corporaciones locales, también con la Confederación», declaraba quien estos días se encuentra recorriendo las zonas más afectadas para evaluar posibles ayudas futuras.

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