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Concentración silenciosa celebrada en la plaza de La Escandalera, en Oviedo, para recordar a Andreas.

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Concentración silenciosa celebrada en la plaza de La Escandalera, en Oviedo, para recordar a Andreas. PABLO LORENZANA

«Andreas fue una de las tantas personas que quedó en el camino por la salud mental»

La Escandalera acogió una concentración en recuerdo de la joven que falleció en 2017 tras estar 75 horas atada a una cama en psiquiatría del HUCA

SANDRA S. FERRERÍA

OVIEDO.

Jueves, 25 de abril 2019, 02:59

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Ni la lluvia ni el viento pudieron ayer con las personas que se concentraron en la plaza de La Escandalera de Oviedo para recordar a Andreas Fernández González, la joven que falleció hace dos años en psiquiatría del HUCA. La joven, psicóloga social de 26 años, murió cuatro días después de ingresar en el hospital, donde se le aplicó contención mecánica -es decir, estuvo atada a la cama- durante 75 horas. La autopsia reveló que la causa de la muerte había sido una meningitis, razón por la que la familia ha iniciado un proceso penal contra siete facultativos del HUCA a los que acusa de un delito de homicidio por imprudencia profesional grave. El caso se encuentra aún en fase de instrucción judicial, pendiente de la conclusión de otro informe forense.

A la concentración silenciosa de ayer acudió Aitana, la hermana de Andreas, que declinó realizar declaraciones, junto con la asociación de salud mental Hierbabuena, impulsora de la protesta. Su presidente, Jesús Senén Ramírez, señaló que Andreas fue «una de las tantas personas que han quedado en el camino por la salud mental». Desde hace dos años, cada 24 de abril, día en que falleció, se concentran para recordarla. «Ahora se empiezan a saber cosas», indicó. Desde la asociación reivindican una salud mental «mejor, con una asistencia más diversa y abierta», y que deje de verse de manera «estigmatizada». Así fue como ayer se recordó a la joven psicóloga social.

La historia de Andreas y la lucha de su familia se remonta al año 2017 cuando la joven acudió al servicio de urgencias del HUCA, en varias ocasiones, «por síntomas físicos; pero el diagnóstico de esquizofrenia que padecía su madre llevó a que la ingresara en psiquiatría», señalan desde Hierbabuena.

Según la asociación, posteriormente «al no ver adecuadamente tratados sus problemas orgánicos», Andreas quiso abandonar dicha unidad «lo que llevó a que su ingreso voluntario fuera transformado en involuntario, a ser atada a la cama. 75 horas después, las mismas que permaneció atada a la cama, murió, en una situación que organismos como la ONU califican de tortura».

Dos años después el juicio sigue pendiente «con retrasos por parte de las instituciones implicadas que parecen injustificables», apuntaron desde Hierbabuena. «Ni el HUCA ni el Sespa ni la Consejería de Sanidad asturiana han dado ninguna explicación, ni se han pronunciado al respecto», lamentaba Ramírez.

Con pancartas y velas los asistentes pidieron «justicia» por la joven Andreas.

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