Anfitriones asturianos para el Rey en San Esteban

Los salmantinos están orgullosos de su extensa historia y de su imponente arquitectura, con la plaza Mayor como gran referente, sus dos catedrales y sus dos universidades, la pública y la Pontificia, que tiene la particularidad de ser territorio del Vaticano en España. Y también está en el orgullo colectivo de esta capital castellana el lugar donde ayer se celebró la Conferencia de Presidentes: el imponente convento de San Esteban, regentado desde su siglos por la orden de los dominicos. Y allí ejercieron de anfitriones ayer del Rey Felipe VI, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los presidentes autonómicos, dos asturianos: el gijonés Rafael González Blanco, prior del convento, y el ovetense Jorge Luis Álvarez, administrador. «Estamos muy honrados de que nuestro convento haya sido punto de diálogo para toda España», afirmaba al término de la reunión este último.

El presidente del Principado, que ante sus homólogos presumía de la asturianía del edificio salmantino, recordó sus estudios en el colegio San José de Laviana, regentado por esta orden y el administrador del convento de San Esteban le respondía con humor que «se nota que tiene espíritu dominico en todos los sentidos».

Los dos dominicos asturiamos, junto con el leonés Manuel Ángel Juan, superior del convento, enseñaron las entrañas del imponente edificio al presidente del Principado, que quedó maravillado de la biblioteca del mismo, su claustro y la iglesia. El prior, el gijonés Rafael González Blanco, agradeció las muestras de cariño que en todo momento les trasladó Barbón y le pidió que «nos venga a visitar más veces». También se despidió de él con otra petición: «Consiga el máximo de fondos europeos para esa Asturias nuestra que tanto los necesita».

La orden Dominica se instaló en Salamanca entre 1255 y 1256, levantando en el actual solar que ocupa la iglesia de San Esteban el primigenio convento. Según cuenta la tradición, en este lugar se alojó Cristóbal Colón cuando acudió a Salamanca a defender ante los geógrafos de la Universidad que era posible llegar a las Indias navegando hacia el Occidente.

Durante la Contrarreforma luterana, el convento de San Esteban fue un importante centro de forrmación de los padres dominicos, fundando lo que se ha pasado a llamar Escuela de Salamanca, con Francisco de Vitoria a la cabeza y que prestó ayuda a Santa Teresa de Jesús y a San Ignacio de Loyola. En la actualidad sigue siendo un centro de referencia en estudios teológicos.