Borrar
Los socorristas que vigilan el arenal de San Juan de Nieva. josé simal
Los ángeles del verano: justos de efectivos en Asturias

Los ángeles del verano: justos de efectivos en Asturias

Los equipos de salvamento de la región afrontan un verano que se espera de multitudes con dificultades para contar con el suficiente personal

MARIO ÁLVAREZ

GIJÓN.

Domingo, 3 de julio 2022, 04:54

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Por fin. Tras dos veranos marcados por las limitaciones para frenar la covid, llega un periodo estival en el que se ha vuelto a la normalidad al recuperar los festivales, macrofiestas y tradiciones propias de la época. Y eso se conjuga con las bonitas playas y el paisaje montañoso que convierte a la región en un destino único. Todos esos factores contribuyen a que quien venga a Asturias tenga muchas opciones para disfrutar, pero nadie debe olvidarse de tener presente los múltiples peligros que, pacientes e impasibles, esperan a que alguien cometa un error para convertir un día festivo en una tragedia. Por ello, 800 policías locales, 1.300 agentes de la Guardia Civil, 1.000 de la Policía Nacional, 80 bomberos, 1.100 socorristas, 500 técnicos de ambulancia y 20 miembros del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña velarán por la seguridad de todos los asturianos y los visitantes durante este verano. Y aunque cada cuerpo tenga sus propias reivindicaciones, hay un denominador común: «Nos faltan efectivos».

Miembros del Greim, en un rescate.
Miembros del Greim, en un rescate.

En el caso de los policías, su queja es muy conocida. En las zonas turísticas, la población se multiplica. Los refuerzos son, a ojos de los propios agentes, pocos y, además, los tres cuerpos con representación en la región solo cuentan con un tercio de sus plantillas en un turno dado, a causa de los calendarios de vacaciones y descansos. «Muchas veces la gente nos acusa de permitir los botellones en las fiestas. Simplemente es que no tenemos medios suficientes para disolverlos y, mientras no se sobrepasen los límites, es preferible no intervenir y centrarnos en cuestiones más importantes», señala Ildelfonso Rodríguez, del Sindicato Independiente de Policía Local de Asturias (Sipla). Abel Rodríguez, secretario del sindicato policial Jupol, recuerda que «actuar con menos efectivos de los necesarios, lejos de garantizar la seguridad, puede provocar problemas mayores».

Normalmente, en las grandes aglomeraciones, según señala Ildefonso, «hay grupos exaltados que no saben lo que es el respeto». Aunque esto se debe a la falta de educación, considera necesario que se endurezca la pena por atentar contra la autoridad, una figura que incluye mucho más que la violencia. «En Reino Unido, nadie se plantea la desobediencia, porque la broma sale mucho más cara», afirma. En este sentido, Roberto Estrada, portavoz de Justicia para la Guardia Civil (Jucil), insiste en que los agentes «estamos para ayudar y velar por la convivencia y la seguridad de todos, y no para perjudicar a nadie». Sin embargo, muchas veces los ciudadanos no tienen esa percepción. Por ejemplo, cuando llueve fuerte en las fiestas, la gente se trata de cubrir donde pueda y, entre el listado de opciones, muchos lo hacen debajo del escenario. La policía siempre advierte del peligro que entraña porque, en el improbable caso de que el escenario ceda, se produciría una catástrofe, pero muchos son reacios a salir y eso obliga a los agentes a ser más contundentes.

Ildelfonso Rodríguez controla el tráfico.
Ildelfonso Rodríguez controla el tráfico.

En el caso de los socorristas, el problema se agrava al no tener capacidad de proponer para sanción, «algo que sería fundamental». Esto provoca que la bandera roja, con significado de prohibido el baño, suponga un reto para algunos bañistas que, lejos de obedecer, buscan cualquier despiste de los socorristas para refrescarse. En muchos arenales de la región, y delimitada entre dos banderas clavadas a la orilla del agua, se establece una zona de baño. «A veces, aunque deberíamos poner la roja, cambiamos al color amarillo para que la gente tenga un espacio en el que meterse al agua. Al fin y al cabo, lo van a hacer igual y es preferible que sea de forma vigilada», afirma uno de los socorristas del equipo de Castrillón. Pese a todo, hay gente que también ignora esa indicación. En una playa como la de Salinas, todo el tiempo tienen que estar advirtiendo a la gente de que se está bañando en una zona prohibida. «Esto siempre es difícil, pero con 24 socorristas, en lugar de los 36 que deberíamos de ser, resulta casi imposible», señala el equipo.

De la falta de personal también se quejan los bomberos. «En Asturias, la población durante el verano se multiplica, y somos menos que nunca para cumplir con nuestra función», señala Juan Carlos González, 'Cuni', el nuevo presidente de la Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales. A esto se añade que en verano hay un enemigo adicional: los incendios forestales. En función de la gravedad de los mismos, tiene que acudir a la emergencia personal de diversos parques de bomberos. Sin embargo, muchas veces se recurre a horas extras y jornadas eternas «que sacamos adelante gracias al gran esfuerzo de todos los profesionales».

Javier Álvarez, en el interior de una ambulancia.
Javier Álvarez, en el interior de una ambulancia.

Más satisfecho está Javier Álvarez, presidente del Comité de Empresa de Transinsa. Las emergencias sanitarias ascienden durante el verano a causa del aumento de la población por la llegada del turismo y «por los golpes de calor, pero, conscientes de este incremento de atenciones, aplicamos los refuerzos suficientes». Añade que desempeñan una labor clave «porque está en juego la vida de los demás».

Los bomberos acuden a un incendio en una vivienda abandonada.
Los bomberos acuden a un incendio en una vivienda abandonada.

Además, durante los últimos veranos también ha ascendido el número de personas que se decantan por la montaña para pasar sus vacaciones y, en consecuencia, «el número de rescates a causa de gente con escasa preparación y comportamiento negligente». Así lo señala Pablo Villabrille, jefe del Greim en Cangas de Onís, que insiste en que en la mayoría de las ocasiones, «los accidentes son evitables». Además, en función de la complejidad del rescate, en caso de que se precise de más personal, se pide ayuda al de otras autonomías en zonas limítrofes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios