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Juan José Solano, director del área de gestión clínica de geriatría del Hospital Monte Naranco, y la geriatra Olga Saavedra, ante el edificio de hospitalización del HUCA, donde se realizó el estudio. MARIO ROJAS
Las áreas de geriatría como las del HUCA reducen la tasa de mortandad en ancianos

Las áreas de geriatría como las del HUCA reducen la tasa de mortandad en ancianos

Una investigación con 300 pacientes mayores ingresados en Oviedo, en colaboración con centros de Italia y Reino Unido, rebaja también el volumen de reingresos al año

LAURA MAYORDOMO

Martes, 19 de febrero 2019, 03:17

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Ya existe amplia evidencia científica de que, de la colaboración entre los equipos de geriatría y traumatología, se obtenían resultados muy satisfactorios para el paciente, pero «nosotros queríamos demostrar que con otros servicios también». Ese fue el punto de partida del proyecto de investigación de ámbito europeo en el que el área de gestión clínica de geriatría del Área Sanitaria IV ha venido participando en los tres últimos años, junto con el Hospital de Getafe, la Universidad de Aston y el Hospital de Luton, en Reino Unido, y los hospitales Agostino Gemelli y Ospedale San Raffaele, de Italia. El programa se denomina 'Frailclinic', se enmarca en el Plan de Salud de la Unión Europea 2008-2013 y cuenta con un presupuesto de 4,6 millones de euros.

Para llevarlo a cabo se tomó como muestra una población de 1.500 personas mayores ingresadas en medios clínicos hospitalarios distintos al de la geriatría. En el caso del Principado, fueron 300 pacientes hospitalizados principalmente en el servicio de cirugía del HUCA.

Tras una primera fase de observación para evaluar la prevalencia de fragilidad en esos pacientes, es decir su mayor vulnerabilidad, y las herramientas para valorarla, se pasó a la segunda fase, la de intervención. De lo que se trataba era de valorar si, siguiendo las recomendaciones de un equipo de geriatras, esos pacientes ingresados veían mejorar su funcionalidad y, por otra parte, se conseguían disminuir los efectos adversos relacionados con su fragilidad, «desde el paso a la dependencia, las caídas, los cuadros confusionales, las úlceras por presión, los reingresos, las visitas posteriores a urgencias, la institucionalización y la mortalidad», detalla la geriatra Olga Saavedra.

Porque, ante un evento estresante, como puede ser un ingreso hospitalario o una intervención quirúrgica, pueden surgir complicaciones que, a la larga, dan paso a una situación de dependencia, con las consecuencias que eso conlleva para el propio enfermo pero también para sus familiares y para el sistema sanitario. Los pacientes de mayor edad considerados frágiles tienen una menor respuesta al estrés y, por tanto, en ellos «la probabilidad de sufrir efectos adversos es muy superior», apunta Juan José Solano, director del área de gestión clínica de geriatría del Área Sanitaria IV.

Resultados esperanzadores

Lo que ha venido a demostrar el trabajo realizado todos estos meses, aunque los resultados aún son preliminares, es que «la implantación de un programa de detección y abordaje de los pacientes frágiles ingresados, con una valoración geriátrica integral, mejora considerablemente su situación funcional tres meses después del alta hospitalaria». Seguir las recomendaciones del equipo de geriatría en esos servicios también contribuye a reducir la mortalidad y el volumen de reingresos a los doce meses.

Son, coinciden Saavedra y Solano, unos resultados muy «potentes» y, al mismo tiempo, esperanzadores «porque van a servir para ayudar a crear herramientas para tratar a este tipo de pacientes y, a nivel de política sanitaria, a lo mejor para implementar programas que puedan ayudar a prevenir la discapacidad». Programas para mejorar la salud de la población anciana sin incrementar el coste sanitario, con lo que se cumpliría además con el objetivo de eficiencia.

Este trabajo cobra mayor sentido teniendo en cuenta que Asturias, con un 25% de tasa de envejecimiento, la población más envejecida de España y prácticamente de Europa, será, si no se pone remedio, un país de viejos en el horizonte de 2030.

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