Yago Troncoso, a la salida del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pravia. DAMIÁN ARIENZA
Atropello mortal a un guardia civil en Pravia

«¿Sabes que has matado a un guardia civil?: 'Estaba haciendo mi trabajo'»

Yago Troncoso embistió al motorista de Tráfico, Dámaso Guillén, a unos 120 kilómetros por hora y se cree que «pudo apretar el acelerador»

Jueves, 6 de abril 2023, 04:21

«¿Sabes que has matado a un guardia civil?», le preguntaron a Yago Troncoso Labrador en la Comandancia de Oviedo, tras haber arrollado al agente Dámaso Guillén cuando huía con un vehículo robado por la carretera AS-236, entre Grado y Las Regueras. La respuesta del detenido es tan inaudita como los hechos que se le imputan: «Estaba haciendo mi trabajo». La reacción retrata a este delincuente habitual, que no mostró ni un atisbo de arrepentimiento durante las 72 horas que permaneció en los calabozos de la Comandancia, donde mantuvo «actitud chulesca», exigió ropa limpia y tiró el zumo que le dieron por considerarlo demasiado ácido.

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Yago Troncoso, de 27 años, deberá responder por diez delitos de una tacada, entre ellos, por la embestida que le causó la muerte a Dámaso Guillén, motorista del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Oviedo, que el sábado prestaba servicio de protección y seguridad en la prueba ciclista junior del 'Trofeo Santiago Santana'. Este guardia civil de 49 años, casado y con una hija, iba por delante de la carrera cuando, a eso de las seis menos veinte de la tarde, un viejo Renault Laguna se saltó los controles y comenzó a avanzar hacia el pelotón de chavales. El agente atravesó su moto para impedirle el paso y el coche, lejos de detenerse, se lo llevó por delante.

Al volante de ese viejo Renault iba Yago Troncoso, que, según las primeras investigaciones, «impactó a unos 120 kilómetros por hora» contra el agente de Tráfico, que «salió catapultado» y desplazó su moto unos cuarenta metros. Dámaso Guillén salvó muchas vidas, pero la suya se apagó en el acto. Troncoso, sin embargo, sólo presentaba un pequeño corte en la mano y una contusión en el brazo, que no le impidieron salir corriendo. Tras ser detenido, en el centro de salud donde le llevaron a curarse, «se jactaba de ello, de que no llevaba el cinturón de seguridad y que no le había pasado nada gracias al airbag».

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Se sospecha que Yago Troncoso «incluso apretó el acelerador» cuando se vio frente al guardia civil que le bloqueaba el paso. El joven -«sin oficio ni beneficio», en palabras de quienes conocen su historial delictivo- acumula una quincena de antecedentes por «maltrato, delitos contra la propiedad, robo con violencia, robo de cable, estafa...», enumeran fuentes consultadas por este periódico. Por uno de esos delitos, Yago Troncoso fue condenado a varios años de prisión.

Este martes volvía a ingresar en el Centro Penitenciario de Asturias. El Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Pravia, encargado de abrir diligencias, justificó su auto de prisión alegando reiteración delictiva, posible destrucción de pruebas y falta de arraigo. Yago Troncoso Labrador, nacido circunstancialmente en Suiza, lleva delinquiendo desde los 16 años y «ha ido saltando de una casa a otra», sin que se le conozca domicilio estable. Se alojó en un piso de Cáritas, estuvo de Okupa cerca de Perlora y llegó incluso a vivir en una cabaña en el monte.

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Una campaña de firmas para ponerle una calle a «un héroe»

Los restos de Dámaso Guillén ya descansan en Bailén (Jaén), su tierra natal. Pero su recuerdo permanece en Asturias, donde se le despidió con honores. Los que merece una persona que se jugó la vida por proteger a los demás. No era la primera vez que se comportaba como «un héroe» y en el Principado, donde transcurrió buena parte de su carrera como guardia civil, se ha iniciado una campaña de recogida de firmas para que le pongan su nombre a una calle en Oviedo. Pretenden así reconocer la entrega y sentido del deber del agente Guillén, «gran compañero», «buenísima persona», «siempre dispuesto a ayudar». A última hora de ayer, se superaban ampliamente las 500 adhesiones a esta petición.

Actualmente, residía en Beifar, Pravia, inicio y final del suceso que le costó la vida al agente Damián Guillén. El detenido convivía desde hace once días con un vecino de la localidad, al que, tras una discusión, atacó con un hacha, causándole cortes en la espalda. El episodio violento no quedó ahí. Yago Troncoso también hirió a otro vecino que le salió al paso y robó un coche para emprender la huida; el Laguna con el que, poco después, embistió al guardia civil de la Comandancia de Oviedo.

La Fiscalía le acusa de homicidio por imprudencia grave, homicidio en grado de tentativa, lesiones, atentado, conducción temeraria, robo de vehículo, omisión del deber de socorro, conducción sin tener permiso ni haberlo tenido nunca y dos delitos de daños. Ante esta retahíla de cargos, no se entiende «la frialdad» y «actitud desafiante» que Troncoso mantiene desde que la Benemérita lo localizó escondido junto al río Nalón.

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Ante el juez, se ha acogido a su derecho a no declarar. En los calabozos, sin embargo, relató los hechos «de forma concisa y coherente», siendo «muy consciente» de lo ocurrido. Al menos, así se desprende del atestado que se trasladó al Juzgado de Instrucción de Pravia y que ha dado lugar a un auto de prisión «provisional, comunicada y sin fianza», que la abogada de Yago Troncoso recurrirá en los próximos días. El detenido, que también cuenta con varias sanciones administrativas por tenencia y consumo de drogas, alega trastorno mental, aunque no ha presentado de momento ni informes ni pruebas al respecto. La acusación particular, sin embargo, considera «más que probado» que el detenido arrolló a Dámaso Guillén «en plenas facultades y sabiendo lo que hacía».

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