Barbón justifica las nuevas medidas «para evitar por todos los medios volver a confinarnos»

Veinticuatro horas después de haber anunciado el retraso del curso escolar, el presidente del Principado, Adrián Barbón, asegura que entiende que «los padres y madres estén dolidos y enfadados». «Quiero que sepan que lo entiendo. ¿Cómo no lo voy a entender? Sé el perjuicio que les genera. Pero también les pido que tengan en cuenta una cuestión: cuando planificamos la vuelta al colegio, había cero contagios y en estos días de atrás tenemos una media de 40».

Barbón insistió en que se ha decidido aplazar la vuelta a las clases «por prudencia». «Queremos conocer la evolución de la pandemia durante la primera quincena de septiembre. La idea de este Gobierno es prevenir antes que lamentar. Necesitamos bajar los índices».

En la presentación del plan de movilidad de Laviana, Barbón insistió en que «gobernar es decidir y actuar» y «aunque algunos plantean que estamos siendo demasiado alarmistas o tomando decisiones demasiado drásticas cuando estamos mejor que en el resto de España, si las tomamos es precisamente porque no queremos estar como en otras comunidades. Por eso, establecimos la alerta naranja en cinco municipios del oriente».

Sobre esta decisión concreta, dio varios motivos: «El área sanitaria duplica la incidencia acumulada del resto de Asturias, han tenido brotes o tienen casos relacionados con ellos y cuentan con una masificación turística importante. Para nosotros, es una medida de atención para reforzar las necesarias medidas de seguridad y para que no se desboque la situación. Mejor declarar una alerta naranja y controlar la situación y no tener que confinar en quince días a esos concejos».

Su premisa, insiste, es «mejor prevenir que lamentar» y «lo que buscamos con esa anticipación y así se lo pido también al conjunto de los consejeros es que hagamos todo lo posible por no tener que confinarnos. Lo primero -afirma- es controlar la expansión del virus; no quiero que haya más gente enferma. En segundo, hay que evitar que nos confinemos y, en tercero, la prioridad absoluta: hay que salvar el máximo de vidas posible. No podemos olvidar que Asturias es la comunidad más potencialmente vulnerable porque tenemos una población muy envejecida y, debido al trabajo minero e industrial, tiene problemas pulmonares».

«La situación es muy compleja -subraya-, es imposible de prever, por desgracia. Trabajamos en marcos generales, pero hay novedades cada día que los alteran por completo».