Asturias necesita 23.078 vacunas para cubrir la segunda dosis en geriátricos y para los sanitarios

El objetivo del Gobierno asturiano de «vacunar al mayor número de personas posibles en el menor tiempo posible» ha chocado con el recorte en el suministro llevado a cabo por la farmacéutica Pfizer. Esta semana, Asturias, como el resto del país, ha sufrido una merma considerable en los envíos. Tal y como adelantó EL COMERCIO, eso ha obligado al Principado a paralizar el plan de vacunación, para garantizar que quienes han recibido la primera dosis acaben el proceso. «Si la próxima semana recibimos las dosis previstas, se reanudará la vacunación del personal sanitario», insistió ayer la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, en su función semanal de portavoz del Consejo de Gobierno. La socialista Melania Álvarez aseguró que Asturias tiene garantizada la segunda dosis de vacunas para todas las personas que trabajan en los centros sanitarios. Lo hace al haber paralizado el plan y dedicar los viales recibidos esta semana a completar el proceso entre quienes ya lo habían iniciado.

Eso ha ocurrido con las 6.652 personas que han recibido ya ambas dosis. Salud explica que la mayoría, 4.109, son personas vulnerables, es decir, residentes en centros geriátricos o personas con gran discapacidad. Las otras 2.543 personas con doble vacuna son profesionales de los centros sociosanitarios.

Álvarez valoró «la capacidad de respuesta del Sespa, con porcentajes de vacunación a la cabeza de España y entre los mejores resultados de Europa». No obstante, como anteayer hicieron la gerente del Sepsa, Concepción Saavedra, y el director general de Salud Pública, la consejera reconoció que «no sabemos que pasará la próxima semana, pero si recibimos las dosis previstas, se reanudará la vacunación del personal sanitario». La intención, según señaló, será vacunar tanto a los residentes como a los profesionales «en el plazo más breve posible».

Quiso dejar claro, además, que «se han cumplido los criterios» del plan de vacunación. «No se va a tolerar ninguna irregularidad, y si no se han cumplido los criterios se aplicarán las medidas con la mayor contundencia».

Porque lo que dice el plan de vacunación del Ministerio de Sanidad es que, en esta primera fase, solo pueden vacunarse las personas incluidas en estos tres colectivos: residentes y personal de centros de mayores; personal sanitario y sociosanitario de primera línea y grandes dependientes no institucionalizados.

Algo que, en el primero de los puntos, «se está cumpliendo». Así lo confirmó tanto el presidente de la patronal geriátrica Ascege, Arsenio Alonso, «están vacunando a los usuarios y el personal de todas las residencias», como la presidenta del comité de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), el organismo que gestiona la red pública geriátrica. «Casi todos los usuarios y trabajadores del ERA están vacunados ya. La segunda dosis se está poniendo en plazo».

Salvo, siempre, que se haya detectado un brote en el centro, como ha ocurrido, entre otros, en la residencia pública gijonesa Aurora Álvarez. «Se ha paralizado la segunda dosis hasta que se hagan las pruebas PCR y el resultado sea negativo», explicaron fuentes oficiales. En esa línea, Melania Álvarez confirmó que ya se han ocupado 8 de las 52 plazas disponibles en el centro residencial de Corvera, habilitado para atender a personas asintomáticas que no cuentan con condiciones óptimas de aislamiento ni en su domicilio ni en centros residenciales o padecen alguna discapacidad.

Por su parte, la presidenta del Comité de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), confirmó que «en las residencias de personas con discapacidad se ha vacunado a residentes y profesionales». Mónica Oviedo señaló que se prepara el listado de personas con gran dependencia que viven en sus domicilios.

El apoyo a la vacunación es total en el sector de la discapacidad, con menos de un 1% de rechazos. La gerente del Sespa, Concepción Saavedra, explicó que en los centros geriátricos las negativas no pasan del 6%. «Algunos, porque no han querido, y otros, porque no han podido, o la tienen contraindicada en este momento o tienen una patología incompatible con la vacuna». La tasa más alta de renuncias, un 15%, se registra en el HUCA. De los 8.545 trabajadores, se han inscrito para la vacunación 7.219. De ellos, han sido vacunados ya 4835. El 56,5% del total. Otros 2.384 se han quedado a la espera de un nuevo envío de Pfizer.