Aucalsa reclama una compensación por lo no facturado durante la pandemia

El pasado 8 de febrero Aucalsa, concesionaria que explota el peaje del Huerna (AP-66), interpuso una demanda contencioso-administrativa solicitando al Ministerio de Transporte «el restablecimiento del equilibrio económico y financiero». Considera que las restricciones a la movilidad ordenadas por el Gobierno central para contener la pandemia en 2020 «imposibilitaron» que la autopista tuviera los ingresos esperados.

Itinere Infraestructuras, matriz de Aucalsa, incluye ese pleito en su último balance, donde indica que el mismo paso lo han dado otras dos de sus filiales: Audasa y Autostrada. Recuerda que las autopistas siguieron abiertas «por tratarse de infraestructuras críticas de transporte» y defiende que el contrato de concesión que las regula reconoce «el derecho contractual al mantenimiento del citado equilibrio económico financiero».

El parón de la pandemia supuso que en 2020 la autopista del Huerna acabara atendiendo a 5.736 usuarios al día, un paso atrás del 32,3% respecto al ejercicio anterior. Esa mengua llevó a Aucalsa a los números rojos, registrando unas pérdidas de 1,22 millones. Desde su privatización en 2004, solo ha cerrado con pérdidas tres balances. Esa senda positiva ya la ha recuperado en 2021, cuando atendió a 7.733 vehículos diarios, lo que le permitió terminar el año con unas ganancias declaradas de 3,7 millones.

Hubo por tanto perjuicio económico fruto del confinamiento y Aucalsa tratará de obtener una compensación por ello. ¿Cuál? En su balance Itinere desliza que «los plazos de finalización de los contratos de concesión continúan siendo los previstos, salvo que fueran ampliados excepcionalmente como consecuencia de las solicitudes de reequilibrio presentadas». Es decir, que entre las opciones que sugiere para paliar las pérdidas está conseguir que le alarguen la concesión más allá de 2050.

Por ahora, el ministerio se opone a dicha pretensión. El 16 de junio hizo público que había rechazado nueve de las diez solicitudes que le habían presentado concesionarias de autopistas con los mismos argumentos. En solo un caso sí resolvió que lo que tocaba era alargar la concesión.

El conflicto está servido y el camino que tiene ahora Aucalsa para defender sus intereses es la vía judicial.