La autopista del Huerna «puede perder un 15% de usuarios» por la variante de Pajares
La ingeniería Vectio prevé que en los próximos meses se recorten los vuelos a Madrid, se encarezca el billete y «el bus resista»
Los efectos de la variante de Pajares son progresivos. Entre febrero y marzo se espera un gran salto, cuando Renfe reciba los nuevos trenes Avril ... y pueda incrementar las frecuencias y plazas que oferta, con un recorte adicional en los tiempos de viaje de otros quince minutos. ¿Cómo afectará este nuevo escenario al resto de modos de transporte? A anticipar este tipo de escenarios se dedica Vectio, ingeniería especializada en tráfico, transporte y movilidad. Carlos Suárez, es su director general.
«Los impactos irán en función de la oferta de precios y de horarios que tenga el tren. Ahora mismo el hecho de que no te permita estar en Madrid antes de las 10.15 ya provoca que el Alvia no capte a un segmento de viajeros que necesitan estar antes y que seguirá optando por el avión», reflexiona. «Lo mismo ocurre con el tramo final del día; no hay un tren a las ocho de la tarde. En este sentido la revolución empezará cuando lleguen los trenes Avril. Con una cartelera de seis o siete frecuencias de tren al día lo normal ahí sería que quien más sufra es el coche y el avión», anota.
¿Qué pasará con el aeropuerto? «Se ha estado preparando bien, incrementando sus conexiones internacionales y abriendo rutas a Almería, Córdoba o Málaga. Aún así va a perder, lo normal es que baje de cuatro a tres vuelos con Madrid, teniendo uno muy pronto por la mañana y otro de tarde, y que además de bajar la oferta suba el precio».
Suárez tiene claro que el tren captará también de la carretera. «Va a sufrir mucho el Huerna. Puede perder como un 15% de su clientela y eso para la concesionaria es duro», pronostica. El jefe de Vectio se muestra escéptico respecto al hecho de que el tren haya puesto a León a una hora de Oviedo y hora y media de Gijón vaya a generar una potente movilidad entre ambas provincias: «Se está planteando la variante muy en clave turística, es casi una obsesión, pero si lo piensas, una familia de cuatro miembros compra billetes para viajar juntos una vez al año. La movilidad constante y básica es la laboral, quien se tiene que mover sí o sí, de lunes a viernes, a eso suma los que deben hacer gestiones y los de que lo hacen por estudios. El ocio y el turismo rellenan esa movilidad. Si han abierto la variante para el turismo pueden cerrarla ya».
Respecto al autobús, entiende que es un medio que «resistirá bien, se dirige a un espectro económico que mira mucho el precio, vive al día y compra el billete con poca antelación», describe Carlos Suárez.
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