Barbón: «No hay altos cargos vacunados»

Asturias tiene en su poder 59.435 dosis de vacunas. De ellas, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha inoculado ya 49.077. De acuerdo a los datos del Ministerio de Sanidad, a fecha del día 26 ya eran 13.727 los asturianos que han completado el proceso de vacunación, que incluye dos dosis.

Sin embargo, tras ninguno de esos números aparecerá el nombre de algún miembro del Ejecutivo regional asturiano. Tampoco de cargos directivos vinculados al organigrama de Adrián Barbón. El presidente asturiano volvió a insistir ayer en su mensaje: «No hay altos cargos que se hayan vacunado». Y añadió que si alguno lo hubiera hecho «el cese será fulminante». Porque, explicó el mandatario socialista, «son los técnicos los que deciden en qué orden se vacuna».

Unas palabras las de Barbón que no han servido para amainar la tormenta generada tras el parón la semana pasada del proceso de vacunación. El hecho de que Pfizer enviara a Asturias, como al resto de comunidades, menos dosis de las prometidas, obligó al Sespa a suspender primeras vacunaciones entre sanitarios para garantizar la segunda dosis a las personas que ya habían sido inoculadas.

Un parón que evidenció la falta de un proceso milimetrado al detalle para decidir de, entre las personas de primera línea, quién debía vacunarse antes. El protocolo del Ministerio de Sanidad marca como prioritarios en esta primera fase de vacunación a los usuarios y trabajadores de residencias, a los profesionales sociosanitarios y a las personas con gran dependencia que viven en sus casas.

Una brocha gorda que ha hecho que, en estos momentos, en Asturias haya profesionales sanitarios de administración en el listado de vacunados, mientras personas de atención directa aún están a la espera. «Tenemos a enfermeras de quirófano sin vacunar y a personal de despacho con la vacuna. Es una situación aberrante», resumía Margarita Rodríguez, portavoz del Sindicato de Enfermería (Satse) en el Área IV. Una a la que corresponde el centro de referencia covid de la región, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA),

Allí, explica Graciela Martínez, «al igual que en Cabueñes, sabemos que hay personal de enfermería de atención directa que no está vacunado aún». Su compañero de Sicepa-Usipa, Francisco Menéndez, lo resume: «El problema no es que los altos cargos se vacunen, sino cuándo lo hacen, la prioridad debe ser el personal de primera línea».

Sin embargo, desde el Sespa su gerente, Concepción Saavedra, ha defendido el plan de vacunación «porque el personal directivo no ha estado metido en sus despachos», además de respaldar la vacunación de personal liberado. «Los liberados sindicales pueden ser llamados a su puesto, como ya ocurrió en la segunda ola, si la situación epidemiológica lo requiere».

Una posición, esta, que no comparte Francisco Álvarez. Integrante del Comité Asesor de Vacunas del Principado. Según explicó, «esa la decisión del Sespa, pero no se siguen los pasos consensuados entre comunidades autónomas y Ministerio de Sanidad en cuanto a grupos».

Dejó claro que no le convencen las explicaciones del Sespa porque, en su opinión, los «equipos directivos y los liberados sindicales no son personal de primera línea».

Tampoco han convencido las explicaciones oficiales a los grupos de la oposición en la Junta. Todos han solicitado la comparecencia del consejero de Salud, Pablo Fernández, quien anunció que lo hará a petición propia. De acuerdo al calendario del Parlamento asturiano, su presencia podría retrasarse a la primera semana de febrero.

En opinión de Susana Fernández, portavoz de Ciudadanos, «tenemos la constancia de que hay 3.000 vacunas cuyos destinatarios se desconocen», repitió ayer la portavoz de Ciudadanos Susana Fernández, que exigió, de nuevo, «transparencia» al Gobierno regional.

Lo mismo hizo Ovidio Zapico, desde Izquierda Unida, quien anunció que la formación ha solicitado al Sespa «el listado de directivos sanitarios que se han vacunado y el motivo». Un listado que también ha reclamado Podemos, cuyo portavoz, Daniel Ripa, reiteró ayer «la opacidad» que, a su juicio, está demostrando la Consejería de Salud.