«A mis hijos les he dejado el legado de lo intangible, de los valores»
El director de la Fundación Vinjoy, socio de honor, emociona al público: «Si las personas te importan lo doloroso es no poder hacer nada»
S. G. A.
AVILÉS.
Jueves, 29 de diciembre 2022, 02:31
Había dicho que iba a improvisar, que no quería leer ante el auditorio que le había concedido la distinción de socio de honor de ... Compromiso Asturias XXI. Y sus palabras lograron emocionar a los trescientos asistentes al acto celebrado en el Centro Niemeyer. Adolfo Rivas, director de la Fundación Vinjoy, no se dejó nada dentro. Habló de su vida, de sus momentos difíciles, de los buenos, de su compañera de vida, su mujer, Marisa Díaz... Y de sus hijos. Fue en este momento cuando el público acabó de caer rendido ante, como el se califica, un «activista socieducativo».
«A mis hijos les he dejado el legado de lo intangible, de los valores, de la lucha, el amor, de lo que vale la pena», nada de bienes materiales, indicó al tiempo que agradecía su apoyo a su esposa, que «sabía cuando se casó que lo había con un activista social», y a sus hijos, «que no tuvieron elección, elegí yo por ellos». «Quizás ellos habrían querido otra cosa..., espero que no», añadió provocando un unánime aplauso.
«Guerrillero de lo social»
Nacido en Baracaldo, llegó a Asturias en 1989 y no ha parado de volcarse con aquellos que necesitan ayuda a través de la intervención socioeducativa, que nada tiene que ver con políticas paternalistas o intervencionistas. «Todo el mundo sale adelante si tiene recursos suficientes», defendió, además de calificarse a sí mismo como un «guerrillero social».
Tuvo palabras de agradecimiento también a Asturias, «mi madre, mi patria y mi pueblo». Recordó que él mismo no lo tuvo fácil, que en su juventud «coqueteaba con el peligro extremo»... Y que un grupo de buenas personas le ayudó. Ayer se remontó a esta historia para que la distinción de socio de honor de Compromiso Asturias XXI sea un punto y seguido, un «impulso» más a su labor en la Fundación Vinjoy. «Porque ahora otro grupo de buenas personas me da este reconocimiento», apuntó.
Destacó asimismo que a lo largo de todos estos años se ha entregado completamente y con generosidad a la labor socioeducativa. «Soy un privilegiado, puedo gastar la vida en lo que creo y me apasiona», remarcó antes de sentenciar: «Yo amo a la gente, quizás sea un poco cursi, pero si las personas te importan lo doloroso es no poder hacer nada» por ellas. De hecho, también tuvo un recuerdo para todas aquellas personas que le dejaron acercarse a su dolor, a su intimidad y a sus problemas para que pudiera ayudarlas como antes le ayudaron a él.
«Solo tenemos una vida y hay que intentar vivirla lo mejor posible y no me imagino mejor forma que construyendo una Asturias más justa», le dijo a un público ya totalmente entregado para poner fin a su discurso como socio de honor número 18 de Compromiso Asturias XXI.
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