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Un camarero escancia un culín a un cliente. P. LORENZANA
En la barra, «la sidra sí sabe como tiene que saber»

En la barra, «la sidra sí sabe como tiene que saber»

Los clientes recuperan un espacio que pocos hosteleros han habilitado pese a estar permitido en la fase 3. «Prima que todo el mundo esté seguro»

MARLA NIETO / ALBERTO ARCE

gijón / oviedo.

Martes, 9 de junio 2020, 01:48

El primer día de la fase 3 en Asturias invitaba poco a sentarse en una terraza -que ya pueden ocuparse al 75% del aforo- así que la mayoría de las consumiciones se tomaron ayer en el interior de los bares y cafeterías. Incluidas, ahora sí, las barras, territorio que se está reconquistando no sin ciertas precauciones ya que la norma obliga a cumplir aquí también los dos metros de distancia interpersonal. Es una de las novedades de la última fase de la desescalada antes de la 'nueva normalidad', en la que también podrán volver a abrir los pubs y discotecas -con un tercio de ocupación y sin pista de baile- y las salas de juego y casinos, con un aforo del 50%.

En Oviedo, la fase 3 desde la barra del bar arrancó con timidez, pero con visos de convertirse en la medida «que tenga más éxito» y suponga un mayor «alivio» desde la reapertura de los locales de hostelería. Así opina el presidente de la Ruta de los Vinos y propietario del Secreto a Voces, de la calle Manuel Pedregal, Edén Jiménez. «Abrir la barra, aunque hoy (por ayer) no haya tenido mucho movimiento, supone que todos esos clientes que se estaban quedando fuera estas semanas ya podrán parar un rato a tomarse un vino o una cerveza», explicó. «El fin de semana estuvimos llenos, ahora toca ir recuperándose poco a poco», confía.

Para garantizar el distanciamiento en barra en su negocio, él ha optado por la instalación de unos separadores móviles que permiten «acotar los grupos en función del número de personas que vengan». Eso sí, «con mucho cuidado, porque también hay que garantizar la distancia de seguridad con las mesas del local».

El primer cliente que ayer se apostó en la barra del 'Secreto' fue Óscar Corzo, que luego optó por pedir una mesa para «picar algo». «Se echaba de menos», admitió. Algo parecido a lo que explicaba, desde la barra de una de las sidrerías de Gascona, el Tierra Astur Parrilla, Fermín Tudela, pensionista: «La sidra así sí sabe como tiene que saber. Entre cero y diez, esto solo puede ser un sobresaliente. Venir y tomarse una botella de sidra en la barra no tiene precio después de estos tres meses confinados», afirmó antes de que el camarero, Arsenio Pérez, le echase el último culín antes de la comida.

Locales pequeños

Sin embargo, en casi la mayoría de chigres de Gascona y el Bulevar de la Sidra, los hosteleros optaron por no reabrir sus barras. «Los que tenemos un local pequeño, si abrimos la barra, podemos generar situaciones muy peligrosas para la salud de los clientes», señaló el propietario de La Finca y el Ferroviario, y presidente de la Asociación de Sidrerías de la calle, Pedro Caramés. «Esperaremos un poco más, porque lo que prima aquí es que todo el mundo esté seguro», sentenció.

Los gijoneses echaban de menos las barras, pero aún se muestran un tanto reacios a volver a ocuparlas. Eso sí, los que ayer lo hicieron, lo hicieron conscientes de las normas, y respetándolas, tal y como aseguraron varios hosteleros.

Max Ndiaye, propietario de la cafetería Max, en el Llano, frecuentada por vecinos del barrio, constataba que «hasta ahora han sido muy respetuosos. Y creo que lo seguirán siendo. Hemos colocado unas pegatinas por la barra para que sepan dónde deben colocarse. Deberán venir de forma individual o, como mucho, por parejas, pero grupos no», explicó. Tal y como tenían distribuidos los adhesivos, en la barra pueden situarse cinco personas -en caso de ir de uno en uno-, o diez si van de dos en dos. También Javier Suárez, de la cafetería Hoyo 19, de Viesques opta por unas medidas similares a las de este negocio.

La gerente de la Casa del Café, Noelia Rodríguez, sí que dejará que los grupos ocupen la barra, aunque cree que es algo que todavía está un poco en el aire: «Iremos viendo cómo funciona. Hay que mantener las distancias, pero tampoco podemos ser policías».

Hay otros hosteleros, como José Manuel del Valle, del Zero 5, o María José Flores, del Parole, que prefieren no habilitar de momento la barra, pues consideran que «no habría forma de que se respete la distancia».

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