Bobes añadirá 500 hectáreas a una oferta que suma 800 entre la ZALIA y Lloreda

Dos constructoras retomaron en julio la urbanización de la primera fase del polígono de Bobes. Si nada se vuelve a torcer, el próximo verano acabarán, ampliando así en 500 hectáreas más la abundante oferta de suelo industrial de la región. Solo en la ZALIA ya existen 700 hectáreas disponibles, si bien huérfanas aún de la conexión eléctrica que le dará la subestación y la línea de alta tensión subterránea que tiene proyectadas. El Principado intentará buscar fórmulas para que EdP avance la financiación de estos trabajos, estimados en su día en 13,6 millones. Sogepsa, la empresa que promueve el futuro espacio en Siero tiene atascada la comercialización del polígono de Lloreda, con 345 hectáreas a la venta, según el buscador que maneja el Idepa.

La idea de aplicar un recorte general en las parcelas hasta que el mercado se reactive la puso sobre la mesa la consultora internacional BNP Paribas Real Estate. En 2014 hizo un informe para la ZALIA en el que aconsejaba una rebaja del 50% de las parcelas para empezar, lo que dejaba el precio medio en los 85 euros por metro cuadrado. «Hay que considerar que dichos precios de oferta actual se registran en una fase especialmente intensa de deterioro del entorno económico y que existe potencial de revalorización», precisaba el informe. Los especialistas apuntaban que, conforme se fueran despachando las parcelas, habría que ir revalorizándolas, primero un 13%, luego un 25%, después al 38% para llegar una década después al 50%. Aplicando el sistema confiaba en colocar ocho de cada diez parcelas antes de una década y recaudar 131,2 millones. El tiempo ha ido en contra de aquel plan. La última tasación hecha en el polígono estima que, a precios de mercado, las parcelas valen 68,1 millones. Venderlas por esa suma cubre el 60% de la deuda de la ZALIA, lo que obligaría a las administraciones a poner 45 millones para liquidar a los bancos. Es la pescadilla que se muerde la cola: el tiempo que pasa sin conseguir reactivar las ventas deprecia el activo y agrava el impacto final que la operación tiene en el erario.