Clara Sierra Directora general de Infancia y Familias
«En el caso de los menores de Oviedo fuimos muy diligentes»
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Clara Sierra Directora general de Infancia y Familias
«En el caso de los menores de Oviedo fuimos muy diligentes»En 1994 Nelson Mandela se convirtió en presidente de Sudáfrica, Kurt Cobain se suicidó, Nixón murió y España se escandalizó por la fuga del director ... de la Guardia Civil Luis Roldán. Fue 1994 calificado 'Año de la Familia' y en él nació, en Cangas del Narcea, la que ya es la más joven directora general de Infancia y Familias. Clara Sierra llegó al cargo en noviembre con su título de abogada y experta en campañas electorales. Y con la experiencia laboral en el gabinete de la Delegación del Gobierno en Asturias, en la Ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana y en la Dirección General de Juventud.
–¿Qué hace una abogada experta en campañas electorales al frente de Infancia?
–Tuve la gran suerte de que tanto el presidente, Adrián Barbón, como la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco me dieran la oportunidad. Es un honor y no puedo más que agradecérselo. Siempre me gustó mucho el derecho de familia y la política. Conjugarlas en una dirección general me parece muy interesante y motivador.
–Llega a un cargo que ha estado marcado, en el último año, por la red de prostitución a menores tuteladas, los problemas de mantenimiento y abastecimiento de los centros y la guerra sindical por la figura del educador social. Cuando se lo ofrecieron ¿no se asustó?
–La verdad que no. Es un reto personal. Vengo a intentar que la vida de los niños y las niñas sea lo mejor posible. No creo que haya que asustarse, hay que coger las cosas con ganas e intentar hacerlo lo mejor posible.
–¿Y qué se ha encontrado?
–Sigo manteniendo muchísima ilusión, porque me encanta el tema, pero siento mucha responsabilidad porque, al final, afecta directamente a la vida de familias, de niños y niñas. Tengo mucho apoyo de todos. Se percibe implicación con los casos. Ese plus de motivación que tiene todo el mundo también te arrastra.
–Que la consejera haya sido no solo directora general de Infancia, sino que ha dedicado a ello su vida laboral, ¿es un plus o un castigo para ocupar este cargo?
–Una ventaja. Llegar y que tu jefa haya ocupado este cargo me ayudó muchísimo. Da gusto cuando tu jefe entiende que tienes que pillar un poco de rodaje. Por su parte hubo total disposición de ayudarme, de que fuese cogiendo alas y soltándome con lo que había en marcha.
–¿En qué quedó la operación policial contra la red de hombres adultos, ajenos al sistema de protección, que prostituían a menores tuteladas?
–De las menores no voy hablar. El tema está judicializado. Creo que los menores que están en los centros se enfrentan a los mismos peligros que el resto de menores. Cuando surge un problema concreto no solo hay que atacarlo, sino también trabajar en la prevención. Como ya dijo en su momento la consejera, se hicieron formaciones de educación sexual. Creo que hay que ampliar un poco la mira e implementar este proyecto con otro de consumos para que los menores se sientan queridos y protegidos.
–¿Han detectado alguna situación similar tras esa operación policial que partió de una denuncia de las educadoras?
–No, algo tan grave no ha vuelto a suceder. Y sí, fue el propio centro el que detectó que pasaba algo y el que, automáticamente, lo puso en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Quiero aprovechar para poner en valor el trabajo que hace todo el personal de atención directa, que consigue generar vínculos afectivos para que los menores tengan ese entorno seguro y puedan contar qué les pasa. Saben que estamos ahí para protegerlos y dotarles de un hogar.
–Se habla de protocolo de fugas, pero los menores tutelados no viven en un centro cerrado, sino en una extensión de sus casas.
–Exacto, están en el sistema de protección, en un régimen abierto y tenemos la obligación de insertarlos social y educativamente. De hecho no se llama protocolo de fugas, sino de ausencias no autorizadas.
–¿Y esas ausencias no autorizadas han ido a más?
–El protocolo se activa en cuanto se ve que no es un retraso de 15 minutos. Se notifica a la Policía y se pone en marcha la búsqueda. Es prematuro hacer una evaluación ahora.
–La otra polémica en su departamento ha sido la situación de los centros. Tanto por el deterioro, como los problemas de abastecimiento. Empezando por lo primero, ¿se han reparado los edificios?
–Hemos ampliado el personal de la oficina económica y aumentado la coordinación para agilizar la tramitación administrativa. En algún momento puntual pudo haber algún desperfecto en un centro, no se puede negar la evidencia, pero estamos trabajando para resolverlo todo con agilidad y ya hemos iniciado los cambios.
–¿Por ejemplo?
–Ya cambiamos las camas de Los Pilares, pintamos El Campillín, para el que también estamos comprando nuevas camas. Renovamos el menaje... Estamos en constante mejora ¿Se rompe una puerta? Pues la vamos a cambiar. La obra de Los Pilares, de casi 3 millones y 48 plazas, estará pronto. Llevaremos allí la unidad de 0 a 3 también. Y la de Villa Paz, por valor de 2 millones y con 20 plazas, también está en marcha. Y la de Calle Libertad, para la transición a la vida adulta.
–También protestaron los proveedores, con facturas pendientes desde 2023.
–Lo que hicimos para agilizar el pago de facturas es hablar semanalmente con todos los proveedores y con los centros. Puedo afirmar taxativamente que se mejoró muchísimo.
–¿Quedan facturas pendientes de 2023?
–Estamos solventando todo poco a poco, pero hemos agilizado muchísimo. Estamos trabajando ahora en un contrato dinámico que va a ser una forma mucho más ágil de gestionar el aprovisionamiento. Queremos que esté listo para otoño.
–Otro foco de conflicto fue el anuncio de que el título de educador social será obligatorio para trabajar en centros de menores.
–Se está negociando con los comités de empresa y creo que debemos respetar la negociación.
–Pero, ¿en qué fase están?
–Se está negociando y, por respeto, no voy a avanzar nada. Lo que tengo claro es que se va a mejorar la atención a los niños y a las niñas y que se van a respetar los derechos de los trabajadores. No me cabe la menor duda de que esa es la línea de trabajo.
–¿Hay un plazo marcado para concluirlas?
–No lo sé, son negociaciones que mantienen con la consejera y con la vicepresidenta, Gimena Llamedo.
–En los últimos años se habla de un cambio de perfil entre los menores tutelados. Que hay más adolescentes y apenas bebés.
–Tengo que empezar negando la primera frase, porque ahora mismo sí que tenemos muchos bebés, muchos menores de 0 a 3 años.
–¿Cuántos?
–La cifra cambia cada día. En estos momentos, son diez.
–¿A qué achaca ese aumento? Porque el grupo de 0 a 3 estaba en mínimos históricos.
–Es pronto para saberlo. Respecto a los adolescentes, siguen siendo mayoría. Son menores que llegan a los centros por dos causas: la negligencia en el trato y la incapacidad de los padres para controlar la conducta de sus hijos.
–¿Son una la conclusión de la otra? Me explico, ¿un trato negligente lleva a una incapacidad de controlar la conducta?
–Puede ser que tenga una relación directa, pero cada caso es un mundo y hay que analizar qué fue exactamente lo que pasó y qué llevó a la situación de desprotección.
–Cuando comenzó el protagonismo de los adolescentes en los centros, la mayoría eran chicos. ¿Hay un equilibrio entre sexos?
–Más o menos se está equiparando. No me gusta cuando se les califica de adolescentes problemáticos. Son adolescentes dañados que sufrieron una situación de desprotección.
–Además de proteger al menor, ¿se trabaja con las familias de las que han sido separados?
–Sí, de hecho es una línea de trabajo desde hace ya varios años y que queremos reforzar con políticas de apoyo a las familias para evitar tener que llegar a tutelar.
–En este año en que el sistema de protección ha estado en el foco mediático, ¿cómo lo han visto ellos? ¿Conocen las noticias?
–Pues sí, leen los periódicos, conocen las noticias. Cuando te sientas y te pones a hablar ellos te quedas alucinada de todo el conocimiento que tienen del propio sistema de protección y de lo que se publica. Les hemos preguntado si querían hacer declaraciones o dar su opinión, pero han dicho que no.
–¿Y cómo se han sentido con todo lo publicado?
–Me va a perdonar, pero si ellos consideraron que no había que hacerlo, voy a respetar su decisión.
–Cambio la pregunta, ¿qué aprendió la directora de Infancia de esas reuniones?
–Si respondo voy a decir cosas que ellos no quieren contar, así que prefiero no hacerlo. Lo que tengo claro es que hay que huir del adulto centrismo, hay que reunirse con ellos y escucharles.
–¿Cuántos menores tutela el Principado y cuántos viven en los centros?
–Como con la de bebés, la cifra cambia cada día. En estos momentos tenemos a 420 menores en los centros, a los que hay que sumar 370 que están en familia extensa y otros 40 que viven con familias de acogida.
–¿Sólo 40 en acogida?
–Sí, es algo que queremos fomentar. Todos los menores podrían vivir con familias de acogida. Hacemos un llamamiento para que se animen. Hay que hacer una valoración de idoneidad, pero pueden acoger todo tipo de familias.
–Esas familias acogedoras también se quejaron de retrasos en los pagos. No se hace por dinero, pero ¿está solucionado?
–Sí, nuestros pagos están al día. Como dice, no lo hace nadie por dinero, pero ahora no hay demora y se han incrementado las cuantías, hasta más de 700 euros para quien acoge a hermanos.
–¿Las adopciones han ido a menos?
–No, las nacionales van al alza. El año pasado tuvimos 25. Eso sí, las internacionales están a cero, prácticamente han desaparecido por que los países son más proteccionistas.
–Asturias se ha conmocionado con el caso de los tres menores a los que sus padres, extranjeros, tenían encerrados en una vivienda en Oviedo. ¿Falló el sistema, al no saber de ellos, o acertó al descubrir la situación?
–La Ley del Menor recoge la obligación de que la población, cada vez que tenga sospechas de un caso de desprotección a un menor, lo denuncie. En este caso, como todos sabemos, fue una vecina la que denunció y nosotros, por supuesto, actuamos con la máxima celeridad.
–Entonces, ¿considera que fue un éxito del sistema?
–Creo que actuamos de forma diligente y con la mayor premura posible en cuanto tuvimos conocimiento de esa situación.
–A nivel nacional, la conmoción llegó con el asesinato en Badajoz de una educadora a manos de los menores tutelados a los que cuidaba. ¿En Asturias hay un profesional en solitario para un grupo de menores como denuncia el comité de empresa?
–Tenemos la plantilla suficiente y cumplimos con la ratio. Que solo hubiera una persona en el turno de noche pasó en un centro en concreto y dos o tres días por un problema puntual, que se solucionó.
–Las 101 plazas para Menores no Acompañados están llenas. ¿Cómo responderán a la petición del Ministerio?
–Se están aún debatiendo los criterios de reparto. No obstante, esta comunidad se muestra solidaria y cuenta con la disponibilidad de las entidades concertadas.
–¿Qué tiene ahora entre manos?
–Estamos con la nueva Ley de Infancia y Adolescencia. Está ya muy avanzada y es seguro que se aprobará en esta legislatura.
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