La Confederación invierte seis millones en la prevención temprana de inundaciones

Las inundaciones son «el principal riesgo» que plantea el agua en Asturias y no es fácil acotarlo, según explicó ayer Manuel Gutiérrez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC): «Los ríos son cortos, en cuanto llueve se desbordan y no lo hacen con un comportamiento homogéneo; podemos tener una inundación en un valle y no el de al lado». Se calcula que «la población ubicada en zonas de baja probabilidad de avenida es de solo el 7%», dijo Jesús González Piedra, jefe de la oficina de planificación de la CHC.

Las avenidas han inundado parte de Arriondas y cerrado toda la red de Feve, como sucedió en enero de 2019. Una de las urgencias de la CHC es dotarse de «un sistema sólido de alerta temprana para que con las previsiones meteorológicas podamos establecer alarmas y advertir a los gestores municipales y a los ciudadanos», expuso el presidente.

El organismo tiene ahora medidores repartidos por los ríos que detectan si está subiendo el nivel; eso, sumado a las estadísticas históricas de ese tramo, permite hacer estimaciones del riesgo de desborde. «Nuestra intención es reforzarlo, tenemos el apoyo de la Dirección del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y estamos tramitando una encomienda de seis millones de euros», abundó. La idea es «que este año iniciemos los trabajos de remodelación y mejora del sistema, con un incremento de las estaciones de control» repartidas por los ríos.

El anuncio se produjo en una conferencia organizada en internet por la CHC para divulgar el Esquema de Temas Importantes. Este documento sintetiza los principales problemas del agua en la región, las alternativas de solución y permite abrir el debate sobre cuáles son las mejores para incorporarlas al futuro Plan Hidrológico 2021-2027.

Cerca de 200 ciudadanos, empresas y administraciones participaron de un encuentro donde Gutiérrez subrayó que el cambio climático incrementa el riesgo de avenidas y que su departamento facilitará «las inundaciones en las zonas menos vulnerables». «Hay también mucha presa y azud que está en desuso y habrá que tomar decisiones para proteger a las personas pero en un marco de protección hidromorfológico», matizó González.

El jefe de Planificación asumió que «repercutir los costes es el caballo de batalla». Al ritmo de inversión al que va la CHC «es muy difícil cumplir» las exigencias de limpieza de las masas de agua que impone la normativa.

De ahí que el organismo abra un debate en el que apuesta por una subida de impuestos o tasas a los consumidores. Eso o desviar a la empresa pública Acuaes parte de las obras pendientes y que las financie con el recibo del agua. De cara a 2021-2027 «se barajan muchas posibilidades sobre la obligación que nos pone la UE de recuperar el dinero de las obras», anticipó el presidente del organismo de cuenca.