Confusión junto a la mar

El sol asomó con fuerza después del mediodía de ayer, el cielo estaba despejado en la playa de San Lorenzo y entre los que llegaban al arenal se imponía, de forma general, la confusión sobre el uso de la mascarilla. Para algunos, al no ser una vía pública, estaba claro que estaban exentos de usarla siempre que pudieran mantener las distancias de seguridad. Para otros, que ya la usan desde antes de ser obligatoria, lo mejor es llevarla puesta todo el tiempo y con esa premisa no se despojaban de ella. Mientras, los acomodadores trataban de guiar a los bañistas y les pedían que la usaran mientras circulaban cerca de la orilla como medida de prevención. La inmediatez de las nuevas normas, aprobadas ayer y en vigor desde ese mismo día por la tarde, hacía que incluso quienes tenían que velar por su cumplimiento tuvieron algunas dudas. Pero enseguida, los acomodadores se pusieron al día y clarificaron algunos de los aspectos que no habían quedado detallados de manera inicial en el BOPA. Incluso la alcaldesa emitió un vídeo informando de que finalmente no era necesaria la mascarilla en la playa si se guarda la distancia de seguridad.

«Nos va a quedar la cara a cuadros por estar con la mascarilla, pero comprendo la medida. Por aquí podemos estar más cerca unos de otros que por el Muro», dijo ayer Merche Torralba desde la orilla de la playa, a la altura de la escalera 12 y con la mascarilla puesta, que ella siempre usa.

«Con lo que ha pasado, cualquier medida de prevención me parece correcta», dijo Marisa Castañón mientras tomaba el sol sin mascarilla y a muchos metros distancia de otras personas. Guy Morisset, canadiense que reside en Gijón, leía en la arena sin mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad. Reconoció que, «si la alternativa es la vuelta al estado de alarma hay que aguantar hasta que descubran la vacuna, además soy población de riesgo».