Juan Manuel García. E. C.

«Conocer los microgestos ha llegado a salvarme la vida»

«Solo viendo tres actitudes corporales podemos detectar y asegurar que se va a producir una agresión» Juan Manuel García. Agente de la Guardia Civil y 'sinergólogo'

PABLO SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 8 de noviembre 2019, 03:02

Apenas hay cincuenta 'sinergólogos' en España. Juan Manuel García, agente de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), es uno de ellos. Formado por el FBI, su amplia experiencia en el análisis de los microgestos, esos que todos los seres humanos realizamos de forma inconsciente, le ha llevado a dar conferencias por todo el país. Hoy hará lo propio en el I Congreso Nacional de Humanización del Transporte Sanitario, organizado por Transinsa y que se celebra en el hotel AC Forum de Oviedo.

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-¿Qué parte del cuerpo nos delata más?

-El rostro. Tenga en cuenta que tenemos muchísimos músculos faciales. Ya desde Darwin, que nos clasifica las emociones faciales, nos damos cuenta de que por mucho que queramos contener una reacción emocional a un estímulo, no podemos hacerlo. Si nuestro jefe nos ha dado un golpe en el coche, quizás contengamos el enfado. Sin embargo habrá una microexpresión involuntaria muy rápida que consiste en una bajada de las cejas por la parte central. No somos conscientes de que lo hacemos, pero ahí está.

-Esta ampliación de la formación hacia nuevos métodos o disciplinas, ¿atiende a una mejora de las capacidades criminales?

-Bueno, no solo. En lo que es la relación personal, el 'face to face' entre el investigador y la víctima o el detenido, todo sigue siendo igual. No creo que haya un cambio de roles, aunque sí es cierto que tenemos más herramientas.

-Dice que la 'sinergología' le ha llegado a salvar la vida.

-Sí. Los conocimientos en el lenguaje corporal no consciente a mí me han llegado a ofrecer la información de que una persona está a punto de agredirme. Yo puedo detectar una agresión previa con la detección de tres ítems concretos.

-¿Cuáles son esos signos?

-Nosotros, en el Instituto de Ciencias del Comportamiento, que es el que yo dirijo, denominamos tríada de la agresión a una sucesión de tres actitudes corporales concretas que, si detectamos, podemos asegurar que se va a producir una agresión. La primera es que tiene que existir una emoción negativa. Nadie que esté feliz te va a agredir, salvo que exista una enfermedad mental. Lo siguiente es la gesticulación con la parte izquierda del cuerpo. Eso quiere decir que tiene activado el hemisferio derecho del cerebro, que es el que más conexiones tiene con la parte límbica y es el que se activa cuando estamos en modo espontáneo. Por último, el tercer ítem es el 'expego', la unión de expansión y de ego. Lo que detectamos por el 'expego' es cuando una persona genera más espacio, separa las piernas, sube la barbilla, saca pecho... Algo parecido a lo que hacen los reptiles.

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-¿Hasta qué punto puede una persona controlar estos gestos?

-No puede. Lo que nosotros estudiamos son los micromovimientos que las personas realizamos de modo no plenamente consciente. Es decir, son incontrolables. Aunque alguien sea conocedor de cuáles son esos gestos, es probable que no se dé cuenta de que los está realizando. No hay un trabajo de la consciencia. Un propio 'sinergólogo' que se ponga agresivo no va a poder evitar esos gestos.

-¿Hasta qué punto puede la 'sinergología' ayudar a resolver un crimen?

-Todo lo que sea información veraz siempre es bienvenido. Si yo observo una reacción ante una pregunta que es contraria a lo que la persona verbaliza, me está dando una pista importante. A nivel de investigación, podemos observar las verdades que dice el cuerpo.

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