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Los integrantes del campus naval de la Universidad Itinerante del Mar, durante su visita a la fragata española 'Cristóbal Colón'. E. C.
Conocimiento y aventura en la mar

Conocimiento y aventura en la mar

La experiencia naval en el patrullero 'Centinela' y las visitas al astillero de Armón y a la fragata 'Cristóbal Colón', algunos de sus grandes atractivos

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Domingo, 1 de septiembre 2019, 03:01

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La Universidad Itinerante del Mar nació como una plataforma ibérica de cooperación para formar en la práctica sobre los asuntos del mar y las costas que lo abrazan. La Universidad de Oviedo y Oporto y la Escuela Naval de Lisboa crearon esta experiencia con la idea de compartir la visión de la mar como una necesidad común. Objetivo cumplido. Los participantes en la edición de este año llegados de León, Oporto, Madrid, Guadalajara y Asturias completaron las más de 120 horas lectivas de formación con la ilusión de ampliar sus conocimientos de la mar. Nueve sobre diez, ésa es la nota que le otorgaron los estudiantes al curso tras su finalización.

El campus comenzó el pasado 29 de julio con un grupo multicultural y multigeneracional. Riqueza y aprendizaje. Laura López, Alicia Arias, Celia Zunzunegui, Juan Bautista y Juan Fernández eran la parte joven de un equipo que convivió en tierra y mar durante más de diez días. Rachel García, Bertha Ermila, Rosalba Madrigal, profesoras de la Universidad de Guadalajara, y Ricardo Ferreira, doctor en ingeniería electrónica de la Universidad de Oporto, aportaron la sabiduría y experiencia al grupo. La primera jornada del campus transcurrió entre Avilés y Salinas. La visita al Museo de Anclas Philippe Cousteau fue una de las actividades que más interés suscitó entre los alumnos. Alejandro Fernández, de La Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, actuó como anfitrión y guía durante la estancia del campus en Salinas.

Los astilleros de Armón les impresionaron y sorprendieron gratamente; la amabilidad de los trabajadores hizo que la visita resultase muy didáctica. «Ha sido una experiencia única, el tamaño de las grúas es impresionante. Ver un barco fuera del agua te enseña su verdadera dimensión, no me esperaba una visita tan enriquecedora en el segundo día del campus», contaba Ricardo Ferreira a la salida. A Rachel Reynaga y Bertha Madrigal les sorprendió que una población tan pequeña entendiese «la economía del mar como un motor de vida». Despertase en Avilés, pasar la mañana en Navia, comer en Castropol para homenajear a Fernando Villamil y conocer el arsenal militar de Ferrol y sus impresionantes instalaciones de la armada Española, resultó, para estos participantes, una experiencia para recordar.

En la localidad ferrolana transcurrieron cuatro días de estancia. Allí se embarcaron en el 'Centinela'. Y como tocaba madrugar, pronto todos para la cama porque a las siete de la mañana comenzaba la tarea en el navío. Todos nerviosos, pero especialmente Juan Fernández, que se declara apasionado de los asuntos militares. El puerto del arsenal impresionaba a todos los civiles con sus cuatro fragatas y dos patrulleros amarrados. «No es que esté nerviosa, es que estoy cumpliendo un sueño», decía Celia Zunzunegui a sus compañeros. Entre mareos, muchos mareos, y simulacros -abandono de buque, llegada de helicóptero e incendio a bordo- transcurrió la primera jornada en el 'Centinela'.

Doce horas después de embarcar, la nave volvió al puerto para descanso de todos. Algo más calmado fue el segundo día de navegación que aún así guardó para los visitantes el sobresalto en forma de simulacro de lanzar una baliza al agua para rescatarla y paliar un fallo de gobierno en el 'Centinela'. Una experiencia naval que contó con la gran hospitalidad de la Armada Española y que entusiasmó a los más jóvenes del grupo. «Hemos vivido escenas muy hollywoodenses; conocer al comandante ha sido imponente», contaba Alicia Arias tras sus primeros pasos en tierra firme. La formación marítima continuó con las visitas al Museo Naval de Ferrol y a la Exponav para seguir formando la conciencia marítima de los alumnos.

En una base militar

El paso de los días sirvió para que el grupo conformase un equipo que se complementaba durante todas las actividades. Nadie dejaba al otro atrás y todos cuidaban los unos de los otros. Sin tiempo para la nostalgia, el campus naval se instaló en la base militar del regimiento de infantería Nº10 del ejército de Portugal en Aveiro. La naturaleza ganó protagonismo en la visita a Reserva Natural de las Dunas de San Jacinto, un paraje de gran belleza en el que es posible observar la evolución de los sistemas dunares y disfrutar de una playa en estado semi-salvaje.

El campus llegó a su fin con la recepción de Fernando Cacoilo, alcalde de Ílhavo, ciudad portuguesa situada dentro del distrito de Aveiro, y el regreso a Avilés el pasado 7 de agosto. Conocimiento y aventura para ampliar fronteras.

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