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Consejos de los expertos: sin villancicos ni bandejas de turrón

Nochebuena diferente. Los expertos dan pautas para la cena del 24: buena ventilación, platos ya servidos en la mesa y la tele y la música a volumen bajo para no tener que subir la voz

YAGO GONZÁLEZ

Viernes, 4 de diciembre 2020, 01:51

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La siguiente escena la protagoniza una familia, llamémosla la familia Asturias. Es parecida a las miles que hay en la región. La familia Asturias está llena de dudas: ¿cómo celebrar la cena de Nochebuena?

Hay especialistas que creen que «lo mejor sería posponerla uno o dos meses», como es el caso de Pedro Arcos, profesor de Epidemiología de la Universidad de Oviedo. Pero, puestos a tenerla, «debería ser una cena lo más parecida a la de cualquier día». Javier Padilla, médico de familia y miembro del comité que asesora al Principado, opina que lo oportuno sería «hacer una comida; y mejor al aire libre».

Pero los Asturias no quieren renunciar a la cita nocturna del día 24. La familia está formada por el matrimonio de Ignacio y Susana y sus cuatro hijos. Los padres de Ignacio ya fallecieron; los de Susana viven. La idea de que pasen solos la Nochebuena se le hace insoportable. De momento, el límite de reunión entre no convivientes es de diez personas, así que invitarlos parece factible. Todos los expertos coinciden en que deben juntarse, como máximo, dos «núcleos familiares». Pedro Arcos piensa que «lo idóneo» es que solo cenen los habitantes de la misma vivienda, pero que en el caso de los más mayores se puede hacer una excepción: «Incorporarlos tiene un gran valor simbólico y psicológico».

A Ignacio le ha llamado su hermana, Carolina, que está soltera y vive en Madrid. Pero él, con todo el dolor de su corazón, le ha dicho que no es prudente incluir a otro «no conviviente» y la ha animado a pasar la Nochebuena con su otro hermano, Lucas. Ignacio no puede evitar cierto alivio: las discusiones con ella sobre política son un clásico navideño.

De hecho, mejor para todos: conviene evitar las conversaciones acaloradas para no fomentar la proyección de partículas de saliva. Si se enciende la tele o la música, «es recomendable hacerlo a un volumen bajo para no obligar a los familiares elevar la voz», señala Padilla. Y de cantar villancicos juntos, mejor olvidarse.

A Carolina le ha sugerido, eso sí, que no haga demasiados planes antes de trasladarse. «Los que vengan de fuera deberían estar unos diez días con una mínima interacción social antes de viajar», señala Adonina Tardón, catedrática de Salud Pública. En lo que coinciden los expertos es que siempre se citen las mismas «burbujas familiares». Es decir, que Carolina deberá pasar también la Nochevieja y Reyes con Lucas, mientras que Ignacio y Susana harán lo propio con los abuelos.

Este año quizá no haya que colgar el abrigo al entrar en casa. «La sala debe estar bien ventilada en todo momento, fomentando que haya corrientes. Así que, si hay que cenar con la ropa de abrigo puesta, pues se hace», afirma Padilla. Tardón cree que basta con ventilar «cada 50 minutos».

Más engorroso que cenar con la trenca será hacerlo con mascarilla, pero Padilla tiene claro que «es lo que hay que hacer». Arcos, por el contrario, piensa que eso es «absurdo» porque «cenar con mascarilla es como sorber y soplar a la vez».

Y hablando de comer, cada uno deberá sentarse con su plato ya servido. Nada de bandejas comunes de langostinos o turrón. El que quiera repetir, a la cocina.

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