Consternación en la Sanidad española: «Supone una pérdida irreparable»

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, fue una de las primeras dirigentes que quiso trasladar públicamente su pésame, en su nombre y el de su equipo: «Nuestras condolencias a los seres queridos y a la familia de la SEMFYC». Tras ella, otros representantes políticos, como el presidente asturiano, Adrián Barbón, que suscribió las palabras de Darias, o la exministra María Luisa Carcedo, que lamentó «una pérdida irreparable como persona y como profesional». También llegó el sentido pésame de otros partidos. Como el de la presidenta del PP asturiano, Teresa Mallada, quien dijo que «es una triste noticia para la sanidad asturiana, especialmente para la Atención Primaria». Desde el área de Salud de Podemos destacan que Salvador Tranche dedicó toda su vida a la medicina familia y que su fallecimiento supone «una gran pérdida para toda la ciudadanía».

De cuantos responsables políticos trasladaron ayer sus condolencias, uno de los que mejor le conocía era el actual consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz. «He recibido la noticia como un jarro de agua fría», reconocía. «El doctor Tranche es uno de los mejores profesionales que conozco, referente nacional, de los que daba gusto hablar con él, dialogar y conversar, siempre en positivo, siempre buscando mejorar la profesión». Fernández Muñiz, consternado con la desaparición de Tranche, no duda en que «se nos ha ido uno de los más grandes, un referente indiscutible».

Sus tareas en defensa de la Atención Primaria las compaginaba con otras muchas labores profesionales, entre las que estaba su día a día en el centro de salud de El Cristo, en Oviedo. Precisamente el alcalde de esta ciudad, Alfredo Canteli, quiso sumarse a las condolencias. «Era un trabajador incansable y entregado a sus pacientes», destacó el regidor. La delegada del Gobierno, Delia Losa, también subrayó que su fallecimiento supone «una inesperada e irreparable pérdida de un gran profesional».

Su compañero de batallas, y que ahora ha dado el salto a la política en la Comunidad de Madrid, Javier Padilla, dijo que Tranche era «un buen tipo que puso de su parte para que la medicina estuviera en un mejor lugar». Una de sus amistades más íntimas la mantenía con el consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez, muy afectado ayer, como expresa en un artículo hoy en EL COMERCIO. «Mi corazón se resquebraja. No puedo contener el llanto que me genera saber que ya no estarás entre nosotros». La gerente del ERA en el Principado, Ana Suárez Guerra, dijo que «es una gran pérdida para la sanidad regional, especialmente para la Atención Primaria».

De la profesión, y una de las últimas personas que mantuvo contacto con él fue el Rubén Villa, presidente de la Sociedad Asturiana de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFYC). Solo dos horas antes de la triste noticia se habían cruzado correos electrónicos. «Se nos va un pilar. Va a ser un roto muy grande en Asturias». Villa le sentía como «nuestro capitán, que con su energía agotaba a los demás que no éramos capaces de seguirle el ritmo». Como otros compañeros, se queda con su «talante dialogante, tendiendo puentes» y, añade, «era brillante en sus exposiciones». En definitiva, añade, «era un tío único».

Y como él, se pudieron leer decenas, probablemente cientos, de comentarios en redes sociales de enfermeras, médicos, estudiantes, y resto de profesionales sanitarios, recordando una figura que tienen, y tendrán, como referente. Por ejemplo, Esther González, hematóloga clínica en el Hospital de Cabueñes de Gijón, escribía: «Una de las personas más importantes de mi vida profesional. Tuve la suerte de ser su primera residente. Con 27 años marcó mi vida, siempre estuvo para aconsejarme».

El presidente del Colegio de Médicos de Asturias, Luis Antuña, destaca de Salvador Tranche era «un trabajador incansable, gran profesional, muy buena persona y un referente nacional en la medicina de familia». Antuña recuerda que le conoció «desde hace 25 años y siempre que le pedí ayuda o consejo generosamente me los ofreció».

De las múltiples cualidades, destaca que «fue un hombre conciliador, siempre dispuesto al diálogo constructivo para mejorar esta especialidad y dar voz a la situación que atraviesa la Atención Primaria».