Coronavirus en Asturias | Los docentes critican que las medidas «llegan tarde», aunque las ven «lógicas»

Las modificaciones del curso fueron acogidas con mucho enfado por parte de los directores de los centros porque precisamente ayer representantes de las consejerías de Educación y Sanidad mantuvieron con ellos una reunión para informarles de las medidas de incorporación y en ningún caso se les comunicó el cambio del calendario. Es más, directores de institutos se enteraron nada más acabar dicho encuentro. «Es lamentable, vergonzoso».

Tal era su malestar, que a consultas de EL COMERCIO, quisieron guardar el anonimato, pero expresar su opinión: «A finales de junio se había valorado que hubiera grupos de veinte alumnos en primero y segundo de la ESO y el curso fuera semipresencial a partir de tercero. Pero no se exploró, cuando se podía haber adelantado mucho. Están jugando con todo el trabajo de un mes y medio» y sostienen que «las pruebas PCR son una excusa para ganar tiempo en todo este caos». «Han perdido el tiempo todos estos meses, no han hecho una planificación cuando en los institutos sabemos que la distancia de seguridad no se puede respetar por falta de espacio y de profesorado. Eso es irrebatible», añaden otros que reclaman herramientas tecnológicas.

La presidenta de Directivos de Secundaria, Milagros Madiedo, ve «lógica» la decisión de aplazar el curso y bajar ratios en primero y segundo de Secundaria «porque seguíamos con las de siempre y no garantizaban la seguridad en centros muy saturados. Este margen nos permite, además, organizar plantillas. Llega tarde, pero más vale tarde que nunca» y confió en que haya medios para seguir la clase por 'streaming'.

José Ignacio Nieto, director del IES Carmen y Severo Ochoa de Luarca, considera la medida «muy adecuada porque nos permite tenerlo diseñado todo perfectamente, contar con el profesorado, informar a las familias, aprobar el plan de contingencia...».

En Primaria, alivio en muchos casos, como la directora del colegio Jovellanos de Gijón, Yolanda López. «Aplazar el curso me parece lógico. Nos da tiempo a recibir al profesorado, organizar las clases, convocar al equipo COVID... Lo veo muy bien», aunque persisten dudas sobre la organización de los espacios exteriores. Algo parecido le ocurre a su homóloga del Carmen Ruiz-Tilve, Maite Fernández, en Oviedo, a vueltas para atender la demanda de comedor.

Como a otros compañeros, al director del colegio Veneranda Manzano, de Oviedo, tampoco le convence el argumento de las pruebas PCR. «No van a ser la panacea porque el contacto va a ser diario. Tenían que haberlo hecho antes. Estaba todo preparado». En la concertada -que no tenía instrucciones y finalmente tendrá jornada partida y extraescolares- «es buena noticia que haya noticia» sobre el curso, dijo Simón Cortina, presidente de Escuelas Católicas. «La semipresencialidad facilita que no se junten tantos alumnos, aunque se hubiese podido decidir a principios de julio. Ahora exige seleccionar personal e implementar aulas» para los desdobles. Solo en su centro, el Codema, pasará de tener siete aulas a quince más.

En los sindicatos, ANPE destacó que «la consejería se ha visto obligada a rectificar todas sus instrucciones: apostó por la enseñanza presencial cuando muchas voces alertaban del rebrote, ha tenido que reducir ratios por el hacinamiento de alumnos en aulas de reducido tamaño y contratar más profesorado porque los 400 no alcanzan en absoluto para cubrir necesidades». Para UGT «la decisión de aplazar el curso puede ser prudente, pero las medidas llegan tarde. Ya en mayo pedimos PCR. Hay una total falta de planificación».

CC OO no ve «de recibo poner patas arriba todo a tres días de septiembre. Se modifican las condiciones de trabajo sin haber negociado con los sindicatos». Como ella, CSIF cree que «el aumento de docentes (850) se queda muy corto para los desdobles hasta segundo curso de Secundaria.