Coronavirus en Asturias | Salud moviliza todos sus recursos sanitarios ante el riesgo extremo de colapso

La presión sanitaria en Asturias es «crítica». Seguir a este ritmo y no ser capaces de controlar los contagios llevaría «al colapso sanitario». Así lo afirmó ayer el presidente del Principado, Adrián Barbón. En estos momentos lo que más preocupa es el crecimiento de las hospitalizaciones, con una evolución muy diferente a la observada en la primera ola. El número de contagios se ha triplicado con creces en el último mes y la escalada de las últimas tres semanas mantiene en jaque a la red hospitalaria asturiana. Pero lo peor vino la pasada semana: «El 28 y 29 de octubre los indicadores asistenciales se incrementaron y pasaron a una situación de riesgo muy alto», indica el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño.

La presión es por el momento «asumible», aseguró la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra. Pero para garantizar la atención se precisan «medidas contundentes» y una «reorganización de los recursos humanos». Preocupa el estado de agotamiento de los profesionales sanitarios y la falta de personal, sobre todo en UCI, donde se organizan «cuadrillas» que refuerzan el personal de intensiva, con profesionales de reanimación y cirugía. Las alertas de la presión se dispararon el pasado viernes en las Unidades de Cuidados intensivos a las que cada dían llegan entre 10 y 12 casos. De hecho, en estos momentos están ocupadas el 100% de las camas de las cuatro UCI del Sespa antes de que estallara la pandemia. Saavedra indicó que la capacidad de camas de UCI «se ha triplicado». Ahora hay 147 instaladas con personal y respiradores, pero se pueden poner en marcha 240 entre los cuatro hospitales con este servicio. Por otro lado, destacó que «ahora hay 1.700 profesionales más que hace un año, pero hay que reorganizar servicios médicos y quirúrigicos para dar asistencia plantas covid, sobre todo enfermería».

En estos momentos, se dispone de 3.000 camas de hospitalización, pero el rápido aumento de los ingresos, con una ocupación por encima del 80% en los hospitales de Oviedo, Gijón y Avilés, ha obligado a reducir la atención «a las urgencias de las patologías no demorables y las consultas o pruebas preferentes», precisó. Ante esta situación, tal y como adelantó este periódico, se van a abrir las áreas áreas sanitarias periféricas, que no se usaron en la primera ola. Arriondas ya cuenta con camas covid desde el pasado sábado, Cangas del Narcea podría empezar a ingresar pacientes covid este fin de semana y la próxima está previsto que lo haga el Hospital de Jarrio. Además, se ha pedido disponibilidad de camas hospitalarias y recursos humanos a los hospitales privados. Esta tarde está prevista una reunión «para establecer qué numero y qué situación», concretó. Por otro lado, anunció que esta semana se montará el H144, el hospital de campaña en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón, cuya apertura se prevé el lunes 9. Por el momento, se sigue sin fecha la puesta en marcha del hospitalillo de Cabueñes, cuya adecuación continúa.

Para aquellas personas que no pueden aislarse en su casa, se dispone 58 camas en la residencia universitaria Ramón Menéndez Pidal, donde ya se alojan cinco pacientes. Unas instalaciones que se convertirán en un «hotel para profesionales sanitarios en situación familiar que no permita estar en casa», anunció Saavedra. Los pacientes de más de 65 años que requieran de cuidados serán atendidos en el Credine de Langreo, que ha pasado de 60 a 120 plazas, así como en el Hospital de Cruz Roja, que cuenta con 68 y el de Jove, 45. Las 60 camas del Monte Naranco de Oviedo podrán asimismo ampliarse.