Cuatro presidentes «hermanos» en lo autonómico «por encima» de la tensión política nacional

Ambos estaban ayer sentados en la primera fila de autoridades junto a los socialistas María Chivite, presidenta de Navarra, y Emiliano García-Page, su homólogo en Castilla-La Mancha, barón histórico del PSOE. En lo autonómico, son muchas las reivindicaciones comunes o incluso los afectos personales que les une. Pero el ánimo de concordia con el que los cuatro arroparon ayer la toma de posesión del presidente del Principado no es indemne a la tensión política generada tras las elecciones del 23 de julio, ante cuyos resultados se posicionan como agua y aceite.

García-Page, una de las voces críticas del socialismo, aclaraba ayer que «tengo posiciones propias, pero antes que nada soy demócrata y eso significa respetar la democracia y respetar las normas, también las del partido». El presidente manchego cree que la situación actual «no facilita una gran coalición entre PP y PSOE, que no ha funcionado nunca ni es lo que ha votado la ciudadanía». Y, en cuanto a la posibilidad planteada por Vox de que «algunos socialistas buenos» faciliten la gobernabilidad del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, fue nítido: «Los que hablan de transfuguismo o votos burlescos, les diría que algunas veces son aficionados a los golpes o tamayazos, pero eso no va conmigo».

Las declaraciones de Vox están en el centro de la actualidad, pero todos, incluida la ministra de Política Territorial, ningunearon el debate. María Chivite emplazó a Sánchez a que «forme gobierno, un gobierno que entienda esta España que es plural», además de valorar «los compromisos compartidos con Barbón por avanzar». Fernández Mañueco y Rueda defendieron, sin embargo, que «los españoles dieron la victoria al PP y quien debe liderar el cambio es Núñez Feijóo», al que brindan un apoyo «sin fisuras».