El desalojo de las vecinas de Barros, pendiente del juzgado

Las vecinas de Barros que deben abandonar su domicilio para que el Ayuntamiento de Langreo ejecute una orden judicial y derribe parte de la primera planta de su domicilio recibían ayer la visita de técnicos municipales que valoraron la posibilidad de desalojarlas desde la parte superior.

Y es que Herminia Batista y sus tres hijas Manuela, Ana y Herminia Sebastiao, no están dispuestas a abandonar su hogar. De hecho, cada vez que el Ayuntamiento les pide abandonar su domicilio suben a sus habitaciones y se meten en la cama, dificultando el desalojo. Ellas apuntan que «no dejaremos nuestra casa hasta que no negocien con nosotras, llevamos un año de sufrimiento y no ha sido culpa nuestra». El Consistorio langreano intentó el desalojo el viernes, pero ante la imposibilidad emitió un informe al juzgado que deberá ahora decidir como realizar este desalojo.

Los problemas del distrito langreano aumentan, además de la situación de estas vecinas. Y es que hoy se concentrarán, a las once de la mañana, delante del ambulatorio para exigir a la gerencia del área VIII (Nalón) que «no nos cambien de médico de cabecera cada pocos meses», dado que -aseguran- «estamos muy a gusto con el que tenemos, no queremos más cambios».

Los vecinos explicaban ayer que la facultativa que tiene plaza fija en esta localidad «es radióloga y, cuando sale trabajo de esa especialidad, pide excedencia por unos meses y nos llega un médico nuevo». Una situación que -dicen- se repite continuamente por lo que se hace difícil de soportar.