Estado en el que quedó un vehículo particular tras la noche del sábado, en el barrio de San Esteban de Ciaño.

Ciaño reclama más presencia policial ante el incremento de actos vandálicos

Un turismo apareció con pintadas y a otro le quemaron una rueda este fin de semana

M. VARELA

Lunes, 13 de octubre 2014, 00:57

Los vecinos de Ciaño vuelven a insistir en su demanda. Reclaman mayor presencia policial ante el incremento de actos vandálicos, especialmente después de que este fin de semana dos turismos hayan sufrido desperfectos. Así, en la tarde-noche del sábado quemaron una de las ruedas de un coche estacionado en el barrio de San Antonio. Las llamas no alcanzaron mayor altura, por lo que el coche no sufrió más daños. No obstante, los residentes de la zona temen que en otra ocasión las consecuencias sean peores. Horas después, ya de noche, otro automóvil -esta vez aparcado en la zona de San Esteban- apareció con pintadas en el capó.

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Los vecinos se sienten impotentes y señalan que no se trata de algo ocasional, sino que, desde hace meses, hay personas que se dedican a dañar el mobiliario urbano, edificios privados y coches. Creen que se trata de los mismos «individuos que no tienen nada que hacer y se entretienen haciendo daño». Además, remarcan que en varias ocasiones han pedido al Ayuntamiento de Langreo que aumente los efectivos para vigilar el distrito, pero «no nos hacen caso y seguimos pagando las gracias de algunos vecinos que no saben convivir».

Son muchos los que sospechan quiénes son los autores, pero «no podemos confirmarlo; lo hacen a escondidas y normalmente de noche. Por eso necesitamos que nos apoyen la Policía, para dar con ellos y encerrarlos», explican muy molestos.

Incluso algunos ya están pensando en movilizarse: «Tendremos que salir a la calle a protestar porque si no vemos que nuestras peticiones van a seguir cayendo en saco roto». Algunos vecinos se muestran preocupados ante la posibilidad de que este tipo de actos continúen, dañen sus vehículos e incluso sus ventanas.

En este sentido, abundan en también «ha desaparecido ropa de los tendales más bajos» y que cuando cae la noche se montan «juergas» improvisadas cerca de las vías del tren y que no dejan dormir a los vecinos.

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