«Por una negligencia, Dana casi muere»

Simón Fernández es un joven de Pola de Laviana a quien, como muchos otros, la crisis y la falta de trabajo le han obligado a emigrar. Hace tres años que vive en Escocia y allí estaba cumpliendo sus sueños. Tiene un empleo estable y su mujer a principios de mes tuvo la que es su primera hija, Dana. Pero el parto no fue como se esperaba.

Lo cuenta el padre del joven y abuelo de la niña desde Pola de Laviana, Miguel Fernández. No se despega del móvil por si recibe noticias de Escocia y explica que pudo haber un error médico ya que no advirtieron que el bebé estaba en una mala posición antes del nacimiento. «Por esa negligencia, la pequeña casi se ahoga porque el equipo sanitario no hizo nada. Los síntomas y los dolores de la madre aumentaron y, finalmente, la intervinieron de urgencia y nació por cesárea», relata el abuelo.

Periplo hospitalario

Desde entonces, Dana ha estado ingresada en diversos hospitales escoceses. A la madre la trasladaron a un centro sanitario de Edimburgo y la pequeña primero estuvo en Glasgow, «donde contaban con el equipamiento necesario para su tratamiento y, posteriormente, la llevaron a Edimburgo; fue una auténtica pesadilla», asegura Fernández. La falta de atención, los nervios y la situación provocaron en el abuelo, que se encontraba en la ciudad de Linlithgow -donde reside la familia de Dana- hasta un amago de infarto; «es que me operaron recientemente y esto me afectó», explica.

La familia tiene pensado demandar al hospital que rechazó la intervención inicial por una negligencia que puso en riesgo la vida de Dana, quien sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

«Hubo un claro fallo en el diagnóstico. Dijeron que la niña ya estaba bien colocada, pero que la madre aún no había dilatado. Y lo que pasaba es que la pequeña estaba de culo, lo que provocaba esos dolores a la madre y que no dilatara. La niña casi muere ahogada por el meconio», una sustancia viscosa que concentra células muertas y secreciones de órganos.