La mejor casadiella del mundo se hace, al modo tradicional, en La Foz

De 69 años, pero con un espíritu muy joven, Obdulia Fernández, natural y vecina de la localidad morciniega de La Foz, se alzó ayer con dos de los grandes títulos que se pusieron en juego en el VII Concurso Mundial de Casadielles, que se celebró ayer en la fiesta del patrono de La Foz, San Antón. Casadielles en la modalidad de masa y fritas en sartén.

Fernández se impuso a otras catorce cocineras en la categoría de 'Mejor casadiella mundial ' y también logró el accésit de la 'Mejor casadiella del concejo de Morcín'. El jurado, compuesto por profesionales y críticos gastronómicos , no tuvo duda a la hora de su fallo. Las seis casadielles de Obdulia, de aproximadamente 70 gramos cada una, ganaron en presentación (sin estar bañadas en azúcar), en relleno, en masa, en peso y en la fritura.

Algo complicado, pero que sin embargo para esta morciniega resultó muy sencillo porque «las hago como vi hacerlas a mi madre y, primero ,a mi abuela. La relleno con nuez, un poco de avellana, azúcar y un chorrín de anís. La masa tradicional, yo no la hice hasta que faltó mi madre, pero sigo los pasos que ella me enseñó y que aprendió de mi abuela».

Unos pasos que deberá compartir con sus vecinos ya que fueron muchos los que se acercaron a felicitarla, por su doble premio, y a pedirle la receta a lo que ella no dejaba de repetirles que «no hay truco, las hago como siempre, al modo tradicional, como hemos aprendido todas».

En los otros apartados en juego, resultaron galardonados en 'Mejor casadiella artesanal profesional', las presentadas por la confitería ovetense Caprichos y en cuanto a la 'Mejor casadiella de escuelas de hostelería' fue para Ana María Vázquez, del Instituto Técnico de la Pastelería y Panadería Asturiana de Oviedo.

Los premios fueron el broche final para una mañana festiva dedicada a San Antón en la que no faltó el pasacalles, la procesión en su honor seguida de una misa solemne y la posterior subasta del ramu y productos del campo asturiano, en la que el protagonista fue un año más el cerdo. En torno a las 14 horas, tuvo lugar una degustación popular del pote de nabos.