Los alcaldes aumentan las cuotas para el consorcio de la Montaña Central

Los alcaldes de los municipios que integran el consorcio de la Montaña Central -Mieres, Lena, Aller, Morcín, Riosa y Ribera de Arriba- decidieron ayer dar un impulso a la entidad supramunicipal tras años de dudas sobre su vigencia y mantenimiento. Un apoyo a la entidad que supera las meras palabras e intenciones y que se concreta en el compromiso de los seis regidores de incrementar las cuotas anuales que aporta cada municipio para el mantenimiento de la mancomunidad. Un aumento de las aportaciones que viene a regularizar de nuevo las aportaciones de cada concejo, tras la medida adoptada en 2014 de rebajar este canon en un 50% para abrir un periodo de reflexión y de transición en la agrupación.

El alcalde de Morcín, el socialista Jesús Álvarez Barbao, se mostraba ayer más que satisfecho con esta resolución «ya que permitirá diseñar actuaciones en diversos ámbitos que beneficien a los concejos que integran el consorcio». Porque el siguiente paso va a ser la redacción de un presupuesto de la mancomunidad para dar soporte a los gastos corrientes (como son los salarios) y a las diversas medidas de activación cultural y turística de la comarca de la Montaña Central.

Las aportaciones no habían hecho más que reducirse en los últimos ejercicios. Ya en 2013 los alcaldes del consorcio de la Montaña Central sacaron adelante un presupuesto que fue calificado de «subsistencia» por algunos. Su cuantía ascendía a unos 176.000 euros. Entonces era ya un 70% menor que en 2010. El consorcio comarcal se sustenta únicamente en las cuotas de los ayuntamientos. Mieres aportaba en aquel año, en cifras redondas, unos 100.000 euros; Aller entregaba 30.000 al año; Lena, 20.000; y los municipios más pequeños, Riosa, Morcín y Ribera de Arriba, 10.000 euros cada uno. Se decidió que la cuota fuera del 50% para el ejercicio de 2015. En 2014 no hubo ni aportaciones; los alcaldes decidieron que no habría cuotas para ese ejercicio -la entidad se ha mantenido con remanentes y atrasos de algunos concejos- ante la amenaza de Mieres de abandonar la entidad al no hacer frente al pago de la aportación.

«Empezar a hacer cosas»

Jesús Álvarez Barbao expresaba su alivio a apreciar el compromiso para la continuidad de la entidad, «que trae muchos beneficios a los municipios que la componemos».

Y uno de los principales defensores del consorcio, su vicepresidente y alcalde de Aller, el también socialista David Moreno, apelaba a la responsabilidad de los regidores para dar contenido a una asociación «por la que he luchado mucho en los últimos años».

No en vano, la entidad, en los últimos cuatro años, ha estado marcada por la sombra de la disolución. El momento más crítico fue cuando el Ayuntamiento de Mieres -el que más dinero aporta a la financiación del consorcio- decidió abandonarlo en noviembre de 2013. Fue una decisión del gobierno local de IU que, todos temieron, iba a condenar a la entidad. Finalmente y, sobre todo, gracias al esfuerzo del vicepresidente, la agrupación ha ido sorteando las crisis internas. «Lo que hay que hacer ahora es empezar a hacer cosas», afirmaba Moreno.

Una de las prioridades ahora es el mantenimiento orgánico de la entidad así como el análisis y diseño de medidas de impulso turístico, como el anillo ciclista, y actuaciones pensando en el cuidado de infraestructuras.