Borrar
Borja Jiménez-Alfaro, uno de los coordinadores del proyecto, en uno de los muestreos.
El campus de Mieres colabora en la creación de la mayor base de datos de vegetación

El campus de Mieres colabora en la creación de la mayor base de datos de vegetación

El estudio ha sido impulsado por un consorcio internacional y recoge más de un millón de puntos de muestreo

MARTA VARELA

LANGREO.

Martes, 20 de noviembre 2018, 00:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«¿Cuáles son las especies que viven en un lugar y por qué se agrupan tal y como las observamos en la naturaleza?». Son preguntas que se hacen la mayoría de biólogos. Parecen sencillas, pero, según los expertos, son muy difíciles de explicar. Borja Jiménez-Alfaro, investigador de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad ubicada en el campus de Mieres, ya da respuestas a estas interrogantes, pues es uno de los principales impulsores de la mayor base de datos sobre vegetación mundial. Así lo dio a conocer ayer la Universidad de Oviedo.

Desde hace cuatro años, un consorcio internacional, coordinado desde el German Centre for Integrative Biodiversity Research HalleJena-Leipzig y la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg, ambos en Alemania, ha creado la base de datos de vegetación más completa del mundo con el fin de conocer los patrones y procesos asociados a la diversidad que se observa en los comunidades de plantas terrestres, desde al ártico a los trópicos.

Como se decía, entre los coordinadores del consorcio figura Borja Jiménez-Alfaro, investigador de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad -formada por la Universidad de Oviedo, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Principado de Asturias- y ubicada en el campus mierense. Él es uno de los principales impulsores de este estudio.

«Bajo un mismo clima pueden existir combinaciones de plantas muy distintas»

Factores locales

Según explica el propio Jiménez-Alfaro, «la base de datos de vegetación mundial agrupa más de un millón de puntos de muestreo almacenados en bases de datos de todo el mundo, lo que requiere de un esfuerzo importante de coordinación y capacidad analítica. Cada uno de los muestreos representa un lugar concreto visitado por un investigador, el cual ha identificado y anotado todas las especies de plantas vasculares que coexisten en una comunidad concreta».

Los resultados de este estudio -publicado en la revista científica 'Nature Ecology &Evolution'- muestran que la variabilidad funcional que se observan en las comunidades de plantas «no es azarosa, sino que se rige por filtros ambientales y bióticos (esto es, por interacciones entre especies).

De este modo, «bajo un mismo clima pueden existir combinaciones de plantas muy distintas, mientras que en climas diferentes pueden mostrar convergencia funcional debido a que las combinaciones de caracteres funcionales disponibles por las líneas evolutivas son limitadas».

A la hora de interpretar los factores implicados en la variabilidad funcional, hasta el momento los estudios científicos se habían concentrado en evaluar las correlaciones entre el clima y la flora de regiones extensas. Sin embargo, «los resultados de este estudio muestran que, al nivel último de organización (comunidades de plantas), y analizando diecinueve caracteres funcionales, el clima o la geología regional tienen muy poca capacidad predictiva». Los autores concluyen que estos patrones solo pueden explicarse por factores locales o por perturbaciones, condiciones edáficas (composición del suelo), interacciones entre especies, o la capacidad de especies con requerimientos diferentes para coexistir en un mismo lugar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios