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Las labores de retirada del argayo de Caso comenzarán en una semana
Han empezado las labores de refuerzo del talud en Anzó con la instalación de una malla para proteger las actuaciones en la zona más baja
Son ya muchos los días que se encuentra cortada la carretera AS-117 –el corredor del Nalón– tras el desprendimiento de una montaña sobre la calzada el pasado 22 de marzo en Anzó (Sobrescobio). Desde entonces, el concejo de Caso y sus 1.500 vecinos han estado aislados hasta que se abrió el paso provisional para sortear el argayo el 9 de abril. Han sido muchos lo momentos de enfado y tensión vividos en el municipio, cuyo máximo reflejo fue cuando los vecinos impidieron que el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, saliera por el desvío obligándolo a usar la carretera de Arnicio a Infiesto; eso fue el 12 de abril. «Parece que los ánimos están ya más tranquilos porque vemos avances y perspectivas de una solución pronta a este problema», afirmaba este lunes el regidor casín, Miguel Ángel Fernández Iglesias. De hecho, la previsión que maneja –salvo imprevistos de última hora– es que en el plazo de una semana comiencen los trabajos para retirar el argayo de la carretera para, posteriormente, restituir el tráfico.
Éste es el tiempo, de hecho, que se estima para ejecutar las labores de limpieza del talud en Anzó, trabajos que comenzaron este lunes con la instalación de una malla protectora desde lo más alto para proteger a los trabajadores. Desde el Principado se apuntó a que se trata de la segunda fase del plan de contención de la montaña; en primer lugar, se realizó una depuración de la parte superior para evitar desprendimientos futuros. A la zona ya se ha trasladado una plataforma móvil –que se ha colocado sobre la pista elevada– para actuar en la parte baja, retirando las piedras que puedan resultar ser una amenaza.
Desde la Consejería de Infraestructuras se indica que la plataforma del material desprendido se irá rebajando progresivamente por capas de unos cinco metros de espesor. A la vez que se retira el material, se saneará el talud y se estabilizará la superficie descubierta con la instalación de nueva malla y anclajes. Esta planificación exige la coordinación de los diferentes equipos, con el objetivo de que los tiempos de parada sean mínimos. Cuando se retire completamente la plataforma y el talud quede estabilizado, los técnicos regionales evaluarán los daños de la carretera para proceder a su reparación. Previsiblemente, será necesario reponer el firme, los sistemas de contención y señalización y la reparación de la escollera que sostiene la vía por el margen derecho.
«La apertura al tráfico se realizará cuando existan suficientes garantías de seguridad frente a posibles desprendimientos de piedras», se afirmó desde el Principado. Cuando esté de nuevo en funcionamiento, se desmontará el desvío provisional y se realizarán las acciones necesarias para devolver la zona a su estado original, conforme a las indicaciones de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC).